“El presupuesto es bajo”. Así respondió la funcionaria macrista Fabiana Túnez a la pregunta sobre los fondos del Consejo Nacional de las Mujeres -que ella preside- para atender la violencia de género*. Para atender esta grave problemática, el Estado destina este año apenas 4 pesos por cada mujer: una miseria que desnuda la total desprotección existente. Y la cifra de femicidios no baja desde hace años: uno cada 30 horas. Por eso exigimos un aumento presupuestario de emergencia y que haya control de las organizaciones de mujeres para que se aplique en las medidas concretas que hacen falta.
Necesitamos muchas más casas-refugio. Sólo tenemos 43 en todo el país, cuando la Asamblea de Derechos Humanos de la ONU recomienda al menos una cada 10.000 habitantes. Eso significa 4.300, cien veces más de lo que hay hoy. Y el Programa Nacional de Acción 2016 sólo plantea “construir, equipar o re-funcionalizar” 24 hogares, o sea que no todos son nuevos. Por eso exigimos refugios suficientes, para que las mujeres víctimas de violencia y sus hijos tengan adónde ir y no se vean obligadas a seguir viviendo con el violento.
Necesitamos asistencia jurídica y psicológica gratuita. En vez de fortalecer las áreas de atención en violencia, Macri y varios gobernadores e intendentes las han reducido o hasta desmantelado. Y el año pasado se aprobó la ley de patrocinio jurídico gratuito, pero el propio Ministerio de Justicia plantea que no tiene recursos para implementarla. La atención integral a las mujeres que padecen violencia machista requiere más personal y fondos públicos.
Necesitamos subsidios a las mujeres víctimas de violencia, ayudando a su reinserción laboral y habitacional para que puedan rehacer sus vidas y las de sus familias. Para garantizar ese programa de subsidios también es urgente un sustancial aumento del presupuesto. Como ya se logró en Capital y algunas provincias, en todo el país hay que ampliar las licencias laborales para las víctimas de violencia.
Necesitamos cambios profundos en esta justicia patriarcal, que protege al violento y culpabiliza a la mujer. Los jueces y fiscales se deben elegir por voto popular, único mecanismo de democratización real. También hay que eliminar la patria potestad del femicida. Y como uno de cada tres violentos viola la restricción de acercamiento, hay que reemplazar el botón antipánico -que no sirve y delega la responsabilidad en la mujer- por el monitoreo electrónico del violento con tobillera y control social.
Y tenemos más reclamos. Ni una menos por aborto clandestino y por trata y explotación sexual. Respeto al fallo de la Corte Suprema sobre aborto no punible y ley del derecho al aborto ya. Basta de violencias hacia la mujer y de homo-lesbo-transfobia. Aplicación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral. Separación de la Iglesia del Estado y anulación de los subsidios a la educación religiosa y privada. No a los despidos, los tarifazos y el ajuste de Macri y los gobernadores, que perjudican más a las mujeres. Libertad a Milagro Sala mientras prosigue la causa judicial.
En todo el país, miles y miles de mujeres estamos en las calles porque ya no estamos dispuestas a seguir como hasta ahora. Nos acompañan muchos varones. Para avanzar en la lucha por todos nuestros derechos y también por cambiar de raíz este sistema capitalista y patriarcal, que es el padre de todas las violencias, te invitamos a que te organices con nosotras para multiplicar nuestra fuerza.
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