La ofensiva neoliberal sin anestesia que está llevando adelante Macri y el bochornoso final del proyecto kirchnerista plantean nuevos y urgentes desafíos. Hace falta articular la mayor unidad posible en la calle para pararle la mano al ajuste del gobierno. Y al mismo tiempo, comenzar a juntarnos los que teniendo acuerdos en temas fundamentales venimos desde hace mucho tiempo marchando políticamente separados, para intentar poner en pie algo completamente nuevo, amplio, democrático, desde la izquierda.
El proyecto macrista es antipopular, privatista y entreguista. De «nuevo» no tiene nada. Su gestión durante ocho años al frente de la Ciudad de Buenos Aires implicó una transferencia fabulosa de recursos públicos a empresas privadas. Sus amigos Caputo y Calcaterra no se diferencian en nada de Báez o Cristóbal López. El presidente y varios de sus funcionarios no pasarían la prueba de la blancura si existiera una justicia verdaderamente independiente. Repudiamos su ideología pro-milicos y el sometimiento servil a los fondos buitres, las corporaciones y el imperialismo al que quieren arrastrarnos.
Necesitamos una gran unidad para enfrentar los tarifazos, las suspensiones y despidos, los bajos salarios y cada una de las medidas del ajuste macrista. Entre la militancia popular y de izquierda tiene que haber una acción común permanente en el terreno de las luchas sociales. No puede haber diferencia táctica que se anteponga a la necesidad de resistir y enfrentar al gobierno del PRO-Cambiemos.
Corrupción y progresismo no son compatibles
Por su espectacularidad, el escándalo de José López ha tenido un efecto demoledor en el FPV. Para muchos ha significado la gota que rebalsó el vaso. Quedó en evidencia un mecanismo de corrupción intrínseco al modelo kirchnerista, que involucra a los principales funcionarios a cargo de la obra pública y, por acción u omisión, a Néstor y Cristina.
Corrupción y progresismo no son compatibles. Corrupción es sinónimo de vía libre al despilfarro de recursos públicos -que podrían solucionar problemas que afectan a millones-, a los negociados de empresarios inescrupulosos, a las corporaciones que saquean y contaminan.
Muchos militantes y simpatizantes del kirchnerismo, que por años aportaron su esfuerzo o su voto a un proyecto que creyeron progresista, nacional y popular hoy ven lo que está sucediendo con desazón y bronca. Con todos ellos queremos reflexionar en común. Los llamamos a no volver a poner el cuerpo para sostener justificaciones inventadas en alguna reunión de crisis, en algún entuerto de dirigentes cuestionados. A seguir creyendo en la política, pero desde otro lugar. A construir junto a nosotros y a muchos miles una nueva alternativa superadora, en donde lo que se dice tenga su correlato con lo que se hace.
La oportunidad es ahora
La necesidad de conformar algo nuevo es más imperiosa que nunca. Hace falta construir una herramienta para enfrentar políticamente al macrismo y a los falsos opositores que lo vienen sosteniendo.
Hoy, cuando salta a la vista la descomposición de la vieja casta política, compuesta por ex y actuales funcionarios, políticos tradicionales de todas las estructuras del sistema, con sus complicidades y asociaciones con el poder judicial y policial, tenemos que oponerle a todo ese andamiaje algo nuevo y desde la izquierda y el movimiento popular. Y hay espacio para hacerlo.
Proponemos abrir el debate de cara a conformar una nueva alternativa amplia, unitaria, antiimperialista y anticapitalista. Abierta a todas las corrientes de pensamiento del movimiento popular y de izquierda que quieran ser parte. A diferencia del modelo del FIT, que se viene debilitando por su sectarismo y peleas permanentes, hace falta construir un proyecto en común, un programa en común, para un objetivo en común. Un reagrupamiento en donde todo se debata, se acuerde y se decida democráticamente, incluidas las candidaturas electorales, utilizando los mecanismos que estén a nuestro alcance. En donde no haya imposiciones, sino lugar para todos los que compartan los lineamientos generales del proyecto.
Desde el MST-Nueva Izquierda les hacemos esta propuesta a los miles y miles de decepcionados que provienen del kirchnerismo, a la enorme militancia social y política de izquierda, a los independientes que quieren un país emancipado, a la militancia feminista, ambientalista y de la cultura, a los trabajadores que están hartos del viejo sindicalismo burocrático, a la juventud que lucha por su futuro. Y por supuesto, a las organizaciones populares que quieran avanzar en este sentido. Iniciemos un proceso de autoconvocatorias y reuniones a lo largo y ancho del país. El momento es ahora. Pongamos en pie una nueva alternativa, grande, unitaria, democrática, desde la izquierda, que se juegue a fondo a cambiar el país.
Alejandro Bodart