Contanos qué es Respeto y cómo surgió.
Respeto surgió de sumar distintas organizaciones sociales y ONG que vienen trabajando hace más de diez o quince años acá en Río Cuarto. Surge la necesidad de dar el salto a participar en política y para hacer desde adentro todo lo que no se puede hacer desde afuera; lo que no se ha hecho. Pablo Carrizo es el principal referente porque es él el que nos convoca uno por uno en su casa y nos dice “hay que formar algo amplio”. Y elegimos el nombre Respeto tratando de recuperar el respeto hacia el medio ambiente, hacia la mujer, hacia los niños.
Y tratamos de que sea coherente el mensaje con la forma en que lo transmitimos. Todo terminó desencadenando en hacer desde la campaña algo que transforme la realidad… En contra de regalar bolsones, de regalar plata, de tener punteros políticos, de pagar remises y taxis para que la gente vaya a votar. Eso es parte de una vieja política, de una cultura política que nosotros creemos que está obsoleta. Y entonces muchos vieron en nosotros algo que les devolvió la confianza de que la política puede ser la herramienta de transformación, básicamente eso.
¿Cómo fue la confluencia con el MST Nueva Izquierda?
Confluimos con los compañeros del MST por tener puntos de acuerdo importantes en el programa y por converger en dos cuestiones centrales: en la lucha medioambiental o ecosocialista y también en la lucha de género.
¿Cómo ves hacia adelante esta convergencia y las tareas que se presentan en el Concejo Deliberante y el Tribunal de Cuentas?
Yo lo veo muy bien, en ese sentido. En Río Cuarto hay un tribuno de cuentas que es socialista, ¿y qué problema hay? Va a ser muy poderoso como símbolo. Empezar a desmitificar un poco esa figura que hay sobre el “zurdo”… Yo lo que quiero marcar es esto: hay una diferencia entre el “zurdo” del siglo XX y el “zurdo” del siglo XXI. Es una persona comprometida porque somos nosotros los que tenemos que llevar adelante la transformación social. Pudimos acceder a la educación, crecimos en un contexto de contención, somos los que tenemos más posibilidades que alguien que tiene que pensar en cómo darle de comer a siete criaturas, para hacer la revolución. Plantear eso y empezar a trabajar desde esa figura sería muy poderoso, me parece a mí. Lo tenemos que seguir discutiendo, pero yo lo veo muy viable.
Entrevistaron: Raúl Gómez y Verónica O’Kelly
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