El 16 de junio, en coincidencia con el día de la “Ciencia Digna” realizamos las elecciones de delegados de ATE-CONICET en Córdoba. Más de 100 compañeros de distintos institutos acompañaron con su voto a la Lista Andrés Carrasco, integrada por compañeras de los cuatro estamentos de CONICET (becarios/administrativos/cpa/investigadores). En un sector históricamente reacio a la organización gremial, la conformación de un cuerpo de delegadas supone un importante paso en vista a obtener derechos laborales negados desde hace años y en el marco de un panorama poco alentador para los estatales y las políticas públicas en general.

 Investigar es trabajar

Como trabajadores de Ciencia y Técnica reclamamos centralmente un Convenio Colectivo de Trabajo sectorial, la apertura de paritarias propias, el pase a planta de los contratados y derechos laborales para los becarios de investigación (considerados “estudiantes” a pesar de ser profesionales con títulos universitarios).
El gobierno K habló de la “década ganada en ciencia y tecnología” pero muy lejos estuvo de garantizarle a los trabajadores de la ciencia condiciones dignas de trabajo. Dilató la aprobación de nuestro Convenio Colectivo, se negó a otorgar derechos laborales a los becarios y mantuvo una planta de administrativos cada vez más precarizada.
En la actualidad, la continuidad de Barañao al frente del Ministerio de Ciencia es una demostración cabal de la persistencia del modelo científico que impera en nuestro país. Barañao no sólo se ha negado a concedernos los derechos laborales que reclamamos sino que es un confeso defensor del modelo productivo orientado hacia el agronegocio.
Fue él en persona quien impugnó públicamente los estudios de Andrés Carrasco que probaban la toxicidad del glifosato. Hoy por hoy, su continuidad como Ministro viene a reforzar los pactos con las corporaciones y a profundizar la precarización laboral para garantizar el ajuste: tanto Barañao como Ceccato (director del organismo) ya han planteado en la prensa la necesidad de achicar el gasto en Ciencia y Técnica, reorientarlo hacia la necesidad de la iniciativa privada y fomentar nuevamente la “exportación” de científicos. En medio de estos planteos, son 700 los trabajadores concursados que esperan su efectivización desde abril, sin conseguir respuestas por parte de las autoridades.

Nuestro modelo sindical

En el marco de estos procesos, decidimos tomar la palabra y organizarnos para que nuestros reclamos sean escuchados. Elegimos hacerlo como creemos que tiene que hacerse: decidiendo entre todos. Elegimos a nuestras candidatas a delegadas en asambleas, debatimos las reivindicaciones centrales entre todas, recorrimos diversos lugares de trabajo fomentando la organización de los trabajadores. Nuestro modelo sindical es el de que la base decida siempre, respetando la diversidad que existe entre quienes nos sumamos a este proceso. Sólo así podremos avanzar en conquistar los derechos que nos faltan.

Lucía Caisso