La publicidad del evento dice que es “un verdadero faro conceptual para iluminar los escenarios de la innovación”. Así se presenta el encuentro anual de la Asociación de Productores de Siembra Directa. Es un evento “técnico” de “especialistas sin ideología”, de “innovadores” para mejorar la producción de comida en el “granero (transgénico) del mundo”. Este año el encuentro tuvo varios ejes destacables, pero uno en particular sobresalió: la exigencia “internacional” de garantizar también en el campo “seguridad jurídica” a los inversores externos. Por eso, tanto el presidente de Monsanto en Argentina como el diputado massista Alegre, coincidieron en la necesidad de avanzar en “nuevas reglas para la producción”. Traducido: nueva Ley de Semillas que reemplace la actual de 1973, que protege de formal parcial el uso propio y no habilita ni patentamiento privado. Alegre, presidente de la Comisión de Agricultura en el Congreso, bajó a tierra su paradigma: la productividad aumenta con la tecnología, y la tecnología hay que pagarla. Ergo: regalías para Monsanto y los monopolios del sector.
“¿A qué vinieron los ambientalistas? ¿Qué quieren?”
Así titulaba la placa de un medio de prensa que dio cobertura al congreso de AAPRESID. Se refería a la protesta encabezada por la Red Ecosocialista en el evento. Nuestras razones fueron muy simples:
- Rechazar toda legislación que habilite el patentamiento privado de semillas.
- Denunciar el rol del ministro Buryaile como lobista de Monsanto.
- Fundamentar nuestra oposición al modelo del agronegocio que no produce comida, sino forraje y agrocombustibles.
- Demostrar el desastre sociosanitario de transgénicos y glifosato, multiplicando la campaña por la prohibición de este agrotóxico junto a FESPROSA y la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.
- Defender la variante de un modelo que produzca comida, como derecho social, agroecológicamente y con planificación pública y democrática.
Esas fueron nuestras razones que no nos cansamos de explicar en todos lados, también en el corazón de la usina ideológica del agronegocio.
Pensamiento único y negocio capitalista
Aunque entrar al congreso de AAPRESID cuesta dinero, la protesta de la Red Ecosocialista, se transformó en un “pase libre” al evento. Varios medios cubrieron nuestra presencia, denuncia y propuestas alternativas, y los organizadores aunque molestos, tuvieron que debatir limitadamente con nuestra posición. La operación deslegitimadora que despliegan tiene los siguiente dos anclajes: ustedes hacen “política”, nosotros “ciencia”. Las fuentes que invocamos (los estudios de Carrasco, de Seralini, el simposio de Lyon de 2015, la resolución de la OMS, los recientes casos de Monte Maíz y infinidad más), son fuente “no oficiales”, o “cuestionables metodológicamente”. Y obviamente, nunca puede faltar la imputación de que “nos negamos al progreso de la ciencia”. En AAPRESID protestamos y propusimos, sentamos posición, los preocupamos. Defendemos un modelo antagónico al de las corporaciones, porque priorizamos la producción de la comida que hace falta, saludable, suficiente, accesible. Es derecho, no negocio. La seguimos, hasta el final.
Mariano Rosa