Brasil es un tembladeral político y social, en medio de unos juegos olímpicos que exponen las brutales diferencias acumuladas durante años entre los faraónicos estadios y las favelas copadas por la miseria y la violencia.
La movilización popular contra el gobierno reaccionario de Temer se hace sentir y el reclamo de elecciones generales ya, suma fuerza. En ese marco, el PSOL se propone como una alternativa ante el podrido aparato del PT y la reacción encabezada por Temer, particularmente en Porto Alegre, donde Luciana Genro encabeza las encuestas para las próximas elecciones municipales.
Disputas en las alturas, movilizaciones en la base
La crisis económica mundial entró con todo en nuestro continente, Brasil, actor privilegiado en la década pasada siente el golpe de lleno y se sacude. En las alturas los sectores del gran capital deciden, envalentonados por el contexto continental de debilitamiento de los llamados “gobiernos progresistas”, hacerse del poder que hasta ese momento compartían con el PT.
Más que un golpe es un verdadero ajuste de cuentas, un cambio de administración para asegurar un rumbo reaccionario en lo económico y lo social, de paso, hundiendo una parte de los responsables de la corrupción y el desfalco al pueblo brasilero, pretenden salvar a otros tantos y sobre todo mantener el mecanismo intacto.
Pero esta no es una competencia donde solo juegan los poderosos, el pueblo que vive de su trabajo hace rato salió a la cancha y no está dispuesto a dejarse derrotar.
Las movilizaciones y la conflictividad vienen creciendo desde 2013 y primero contra Dilma y el PT y ahora contra Temer, Cunha y demás miembros de la banda. La propia antorcha olímpica puede dar cuenta de esto, ya que debieron modificar su recorrido y realizarlo en un marco de represión para poder evitar o contener las protestas.
Las banderas y carteles contra el gobierno ilegítimo surgen en los estadios y competencias y todo esto justo en el momento en el que comienza a desarrollarse la comisión del senado que decide si Rousseff finalmente va a juicio político.
Los mega eventos deportivos: corrupción, segregación social y decepciones
Sin duda, los poderosos de Brasil pensaron el mundial y los juegos olímpicos como una forma de coronar su “poderío” económico. El país continente creció en base al agro negocio, la explotación del presal y el aprovechamiento de las condiciones internacionales.
En una línea que muestra su total desbarranque como proyecto de los trabajadores, el PT se lanzó a las construcciones faraónicas de estadios e instalaciones de “lujo” para el mundial de fútbol y los juegos (de lujo fueron los costos, no así las construcciones).
Desalojaron terrenos ocupados por familias humildes, redujeron la capacidad de los estadios aumentado su comodidad para unos pocos y montaron una fiesta a la que las grandes mayorías, que la pagaron, no estuvieron invitadas y además sufrieron las “decepciones” deportivas.
El PSOL, alternativa y desafíos
De este proceso contradictorio y dinámico de rupturas en las alturas y luchas en las bases de la sociedad, está emergiendo con fuerza una alternativa política que comienza a ser vista por millones; el PSOL. Si bien es un proceso extendido que tuvo expresiones importantes en Río de Janeiro, San Pablo y otras ciudades como así también en la última elección presidencial, es bueno resaltar la experiencia de Porto Alegre, la ciudad más importante del sur de Brasil donde Luciana Genro, candidata del PSOL y dirigente del MES encabeza las encuestas para la prefeitura (municipio) de cerca de 1 millón y medio de personas, (con un área metropolitana de 4 millones). Esta ciudad, que fuera la ciudad insignia del PT durante muchos años y sede del Foro social mundial, es ahora la que, habiendo hecho esa experiencia y gracias a la tenaz apuesta del PSOL por construir ampliamente, incluso con diferencias, una alternativa radical se está planteando la posibilidad histórica que la izquierda pueda gobernar una ciudad.
Como siempre sucede, estos desafíos históricos generan oportunidades y peligros que son necesarios tener en cuenta para enfrentar la realidad. El desarrollo del PSOL y su crecimiento electoral son un dato más que auspicioso, muestran que con una política amplia y un programa de transformaciones se puede disputar y no solo eso, sino que ante la decepción con los “progresismos” si existe una alternativa las masas para no volver al pasado. Sabemos que el sistema no se deja vencer así como así, seguramente actuará con todas sus armas al servicio de abortar esta experiencia, ante este peligro, fortalecer la relación del PSOL con las luchas y organizaciones sociales y una perspectiva anticapitalista es clave para que la experiencia se haga en mejores condiciones. Desde el MST acompañamos con entusiasmo la candidatura de Luciana y el desarrollo del PSOL, manifestando nuestro apoyo en esta lucha política.
Martín Carcione