En campaña, Macri prometía bajar la inflación al 15% en un año. Luego pasó a pedir que viéramos «la luz al final del túnel» del famoso segundo semestre. Y ahora, por boca del titular del INDEC, dice que «bajar la inflación es complicado, por la rigidez en el precio de los alimentos».
Macri decía que para lograr su «pobreza cero» había que bajar la inflación. Pero las medidas que tomó al inicio y las que sigue tomando van en contra de bajarla y por lo tanto aumentan la pobreza y la indigencia, como indican todas las consultoras y encuestas.
Así fue con la devaluación del peso del 50%, los aumentos de precios de los combustibles que se traslada a los fletes y los productos, pero sobre todo con las tarifas de luz y gas que obviamente los industriales y comerciantes trasladan a todo lo que compramos. Además Macri dio vía libre a la especulación, acaparamiento y desabastecimiento de los grandes formadores de precios sin tomar ninguna medida de control de precios ni de stocks.
Por un lado, este escenario hunde el poder adquisitivo del salario. Y a la vez beneficia a las corporaciones, que aprovechan la necesidad de la gente. Es que ante el desabastecimiento o las expectativas de mayores subas de precios, muchos gastan lo poco que tienen en comprar productos remarcados hasta en un 300%.
Ahora quieren mostrarnos que la inflación está bajando, que en julio será menor a junio y se jactan de que ya estarían cerca de lograr la inflación que nos dejó el kirchnerismo, como si eso fuera un mérito. En realidad no pueden ocultar que la principal causa por la que baja algo la inflación es porque hay menos consumo, culpa de la recesión que ellos mismos provocaron.
Encima, esto no pasa con los alimentos y otras mercancías de uso popular y obligado. De este modo la inflación de Macri golpea más en el bolsillo de los más pobres, al igual que la de los K aunque por motivos distintos. Antes fue por la emisión monetaria y la especulación por las expectativas de mayor inflación. Hoy las causas son la devaluación, los tarifazos y siempre la especulación de los pulpos. El perjudicado sigue siendo el pueblo trabajador, sobre todo los más humildes.
Cinco medidas contra la inflación
- Aumento general de salarios, que cubra lo que nos robó la inflación en estos meses. Y actualización automática según el alza de precios. Lo mismo para los planes sociales y jubilaciones, hasta cubrir la canasta familiar. Anular el impuesto al salario.
- Anulación definitiva de los tarifazos. Fuera el ministro-petrolero Aranguren y las empresas privatizadas: reestatizar todos los servicios bajo control social.
- Eliminar el IVA a la canasta familiar para todos. No a la truchada de la rebaja acotada a los jubilados: debe incluir todos los productos de consumo masivo. Así lograríamos una baja inmediata de los precios.
- Aplicar la Ley de Abastecimiento ante casos de especulación, acaparamiento o desabastecimiento, como pasa con el aceite y la manteca. Abrir los libros de las formadoras de precios e hipermercados para conocer sus costos reales. Si no cumplen, decomiso, multa, cárcel y hasta expropiación como contempla dicha ley.
- Que la crisis la paguen los capitalistas: las corporaciones y los bancos. Auditoría de la deuda externa y suspensión de todo pago. Impuestos crecientes a las grandes fortunas, ganancias y la renta financiera.
Gerardo Uceda