En los últimos 15 días echaron a más de 10 compañeros, que se suman a los 14 despidos de hace cuatro meses y a los 40 despidos encubiertos como “retiros voluntarios”. La patronal avanza con su plan de llegar a octubre con cientos de compañeros menos, como exige SOFSE. Ya cumplieron con la reducción salarial y la extensión de las horas por mes.
El Pollo Sobrero, luego de dos meses, llamó a una asamblea el día 17. Planteó la necesidad de reorganizarnos, eligiendo delegados. Algunos compañeros, coincidiendo con eso, reafirmamos la necesidad del cuerpo de delegados. En los tres meses que él lo dejó de convocar se deshizo la organización, hay miedo entre los compañeros e incluso entre los delegados que planteaban enfrentar a la empresa.
Planteamos que la primera preocupación del nuevo cuerpo de delegados sea la reincorporación de los despedidos, con una campaña pública para lograr la mayor solidaridad contra la persecución que sufrimos los tercerizados. También planteamos que hay que volver a convocar a otra asamblea a los 15 días, para evaluar cómo seguir, y para que no se repita el error de esperar otros dos meses mientras la empresa sigue avanzando.
Al otro día de la asamblea echaron a cuatro compañeros del Taller Castelar turno noche. Los compañeros se plantaron frente a los supervisores y la policía, que querían impedir que los despedidos fichen y permanezcan en el taller. Esta reacción y la presencia del delegado ferroviario del Taller lograron que los 4 despedidos pudieran trabajar. En toda la línea muchos compañeros se empezaron a comunicar, dispuestos a acercarse a Castelar, demostrando que un sector está dispuesto a jugarse para ponerle un freno a la empresa.
A partir de esto, se impuso una reunión del Pollo y la empresa. Hasta hoy aún no hay respuesta sobre los despedidos y, probablemente, como viene pasando, no se resuelva en una mesa de negociación. La reacción de Castelar marca el camino a seguir para reincorporar a todos los compañeros, preparando las medidas contundentes que se vienen dilatando.
Daniel Contreras y Enzo Colecchia
