La Marcha Federal fue una de las mayores demostraciones callejeras de rechazo al ajuste de Macri. Un golpe para el gobierno y un envión para los trabajadores y el pueblo. Ahora se impone preparar desde abajo y reclamar un paro nacional y plan de lucha.
Mientras Macri y su coro de bufones intentaron minimizarla, hasta la prensa más adicta al gobierno tuvo que reconocer que la marcha Federal fue masiva. La movida, que comenzó en el interior con cinco columnas y confluyó sobre la Plaza de Mayo fue, después de la marcha de las centrales del 28 de abril, la mayor movilización. Convocada por un arco multisectorial con eje en la CTA de los Trabajadores, pero que incluyó CTA autónoma, la Corriente Federal -disidente de la CGT- encabezada por la Asociación Bancaria, gran parte de la izquierda incluido nuestro partido, un amplio arco de movimientos sociales y sectores políticos diversos incluyendo los espacios kirchneristas. Hasta un sector de la propia CGT reunificada que no pudo eludir el evento y dio el presente con una delegación de camioneros y el Sindicato de Canillitas, entre otros. Fue fuerte el componente docente, que ese día protagonizó un paro en las principales regiones del país, los judiciales de la AJB y la Federación (CTA), CICOP que paró los hospitales bonaerenses y otros gremios. En un clima muy combativo cerraron el acto Pablo Micheli y Hugo Yasky. Desde la Plaza un solo grito se transformó en un eco demandante: «Paro general». Sin lugar a dudas la tarea que se coloca como necesaria para subir la apuesta y poder avanzar en derrotar el ajuste macrista.
Ausentes con aviso
Pese a las importantes diferencias con gran parte de los convocantes, nuestra corriente sindical con sus agrupaciones y el MST/Nueva Izquierda de conjunto participó de la convocatoria en unidad de acción con el arco multisectorial. Con un programa limitado pero correcto («Para terminar con el tarifazo, los despidos y el ajuste»), nuestro partido movilizó incorporando puntos como la actualización salarial automática según inflación real, la reestatización de los servicios públicos con control social, el no pago de la deuda y el reclamo de un paro nacional y plan de lucha, entre otros reclamos de emergencia y de fondo. La masividad, el programa y el carácter obrero y popular de la convocatoria echaron por tierra los argumentos esgrimidos por quienes muy equivocadamente boicotearon la movilización como la dirección de ATE y otros sectores enrolados en la CTA autónoma, la CCC y el PTS, alejados de las necesidades de los trabajadores fortalecidos por esta movilización. La CGT acusó recibo del golpe y, pese a sus intenciones declaradas de apuntalar a Macri, por la presión de las bases algunos de sus dirigentes empiezan a balbucear hacer alguna medida.
Macri en su peor momento
El ajuste a tres bandas con despidos, inflación. topes salariales y tarifazos ha generado un salto en el deterioro del nivel de vida de los trabajadores y sectores populares y, a la vez, también una temprana respuesta de lucha y bronca desde abajo. Ello ha desgastado prematuramente al gobierno de Macri que, pese a tener el apoyo del establishment, los EEUU y los centros de poder internacionales, está condicionado por la crisis capitalista internacional a seguir adelante con el ajuste, sin plan B posible. El revés judicial con el tarifazo y ahora el mazazo de la Marcha Federal, marcaron un round perdido para el gerente del ajuste el cual está tratando de retomar la iniciativa. Para ello ha llamado a un pacto de gobernabilidad con la «oposición responsable» y pretende contar con los servicios de la CGT reunificada para poner en pie un pacto social. Todo ello necesario por la necesidad de seguir ajustando. Candado a la reapertura de paritarias, anuncios de nuevos despidos en el estado y vuelta a la carga con el tarifazo, son otro grito de guerra a los trabajadores. Frente a ello, no hay que dar tregua. Hay que subir la apuesta.
El paro es una necesidad urgente
Los conflictos crecen, pero siguen dispersos. Los aumentos logrados naufragan ante el crecimiento de la inflación. Las reincorporaciones logradas en algunos sectores que lucharon, no alcanzan a compensar la destrucción de puestos de trabajo y las suspensiones que aumentan por la recesión. Se necesita unir las luchas. Seguir el camino de los cacerolazos contra el tarifazo y la Marcha Federal, dándole continuidad, ampliando la unidad de acción y subiendo la apuesta con un paro nacional y plan de lucha. Los sectores combativos y la izquierda, tenemos un rol de primer orden ayudando a construir el paro desde abajo, preparando y reclamando, según el caso, reuniones de activistas, asambleas y plenarios. Las CTA tienen que estar unidas y a la cabeza de este reclamo y golpear todos juntos sobre las demás centrales. Sin ninguna confianza en los dirigentes que miran para otro lado, hay que seguir agregando combustible a la caldera del reclamo. Para pararle la mano a Macri y derrotar el ajuste.
Guillermo Pacagnini