Cada mujer es quien puede y debe decidir si quiere o no tener hijos, cuántos, con quién, cómo y cuándo. Y su decisión debe ser libre de toda intromisión institucional.
Por eso luchamos por el derecho al aborto legal seguro y gratuito, como parte de una política pública integral que incluya educación sexual con perspectiva de género y programas estatales de anticoncepción acordes a cada mujer.
Prohibido prohibir
La penalización del aborto es una de las pruebas más visibles de la opresión machista y la explotación de este sistema, que desconoce nuestra libertad y autonomía para decidir sobre nuestros cuerpos y refuerza la idea de que debemos responder sí o sí al supuesto mandato social de la maternidad. Cuantos más hijos haya, más mano de obra tienen los capitalistas para explotar y a la vez para aumentar el desempleo y así empujar los salarios a la baja.
Según los enemigos del derecho al aborto, al penalizar se los evita o reduce. Es exactamente al revés: lo único que reduce a cero las muertes de mujeres por aborto y también la cantidad de abortos es la legalización (1).
En la Argentina se hacen más de 500 mil abortos al año, cifra comparable con los 700 mil partos. Lejos de disuadir a las mujeres, su criminalización las pone en peligro ya que el aborto infectado sigue siendo la primera causa de muerte materna (2).
Cuatro razones de fondo
Negar el derecho al aborto es violentar derechos democráticos básicos, ya que no nos permiten decidir sobre nuestro propio cuerpo y nos imponen la maternidad obligatoria.
Es atacar también nuestro derecho a la salud, forzándonos a la clandestinidad. Como saldo atroz, unas 300 mujeres mueren cada año y miles quedan con incapacidad reproductiva u otras graves secuelas.
Refuerza la desigualdad social existente bajo el capitalismo, ya que las que mueren son mujeres pobres y jóvenes, que no acceden a las clínicas privadas que lucran con la penalización del aborto.
Es también una violación sistemática a los derechos humanos, porque así lo son los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, que además somos más de media humanidad.
#NiUnaMenos por aborto clandestino
Este año se presentó por sexta vez en el Congreso el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), a iniciativa de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Plantea derogar los dos artículos del Código Penal que criminalizan a la mujer que aborta y al profesional que lo practica. Es una deuda de la democracia: exigimos que se trate y se apruebe (3).
Junto a luchar por la aprobación de la ley, también damos batalla para que en todo el país se respete el fallo de la Corte Suprema sobre aborto no punible en casos de violación y se amplíen las consejerías pre y post aborto.
Movilicemos juntas por nuestros derechos
Nuestra pelea por el derecho a decidir nos enfrenta a varios enemigos: la justicia, la policía, los partidos del sistema y la Iglesia Católica y el Papa. Con Néstor y Cristina no se avanzó ni un paso y Macri es reaccionario en toda la línea. Pero organizadas y movilizadas en unidad podemos superar todos los obstáculos, como lo demostramos con la victoria de la libertad de Belén (4).
Compañera: desde Juntas y a la Izquierda y el MST te invitamos a que te movilices con nosotras este viernes 28S por el derecho al aborto. Sumemos fuerzas para conquistar los derechos que nos faltan, en el camino de construir la sociedad que soñamos: sin opresión ni explotación y con plena igualdad y libertad para todas y todos.
1. En Francia, que lo legalizó en 1975, hubo un 30% menos de abortos en 20 años. En Italia, un 50% menos. En España, un 60% menos. En todos los casos la cifra de muertes maternas por aborto cayó a cero.
2. Además, más de 60.000 mujeres son internadas cada año en hospitales públicos por complicaciones post aborto.
3. En cuanto al proyecto, disentimos con incluir la objeción de conciencia: todo funcionario público debe garantizar sin excepción los derechos que el Estado reconozca.
4. Ahora seguimos la campaña por su absolución.