Francisco ha lanzado a mediados del año pasado en Bolivia, una campaña mundial, que tras el lema de defender el derecho a “tierra, techo y trabajo” denuncia al capitalismo salvaje y su salida es la búsqueda de un “capitalismo humanizado”. La elección del “Papa argentino” fue un importante giro en la política de la cúpula eclesiástica que fracasó con los “neoliberales” Juan Pablo II o Benedicto XVI.
En un mundo en el cual la socialdemocracia y los viejos “populismos”, llámense PJ, kirchnerismo o PT brasilero, fracasan al intentar contener al movimiento de masas, la Iglesia ha decidido apostar a un perfil que le permita llenar, aunque sea parcialmente, ese vacío. Eso sí, sin cambiar su ideología reaccionaria, contra el aborto, los homosexuales y por supuesto… guardando en el Banco Vaticano una de las fortunas más grandes del mundo.
En la Argentina ante el derrumbe kirchnerista, que se suma al desprestigio de los viejos partidos y gremialistas, es necesario frenar el avance de la izquierda. Por eso la Pastoral alienta a distintos movimientos sociales a unirse a la cruzada por “tierra, techo y trabajo”.
Disentimos con los compañeros de las organizaciones que han acudido al llamado de la Pastoral Social, y que sostienen de que el jefe de una institución archi reaccionaria y proimperialista como es la Iglesia, ahora le ha impreso un carácter progresivo.
Por eso la Iglesia argentina, en estos días ha llamado a desmovilizar. Justamente cuando después de la última Marcha Federal, se ha colocado con todo la necesidad de seguir las luchas en curso con un paro general y un plan de lucha, que hasta ahora la CGT venía negándose a convocar y que por la presión de las luchas ahora ha empezado a considerar.
Los lemas pueden cambiar, antes se hablaba de que “otro mundo es posible”, ahora el Papa busca y encuentra aliados para pelear por “tierra, techo y trabajo” en el marco de un “capitalismo humano” que propugna la Iglesia.
Los socialistas del MST siempre hemos participado en cualquier acción de lucha progresiva que ayude a derrotar los planes de hambre y entrega de los gobiernos de turno y ahora del macrismo. Advertimos que el proyecto político de la Pastoral va en el sentido inverso a que las luchas se unan para derrotar el modelo neocolonial del gobierno actual, e imponer otro completamente distinto, anticapitalista.
Es que solo derrotando al capitalismo, que en esta crisis muestra su aspecto más salvaje y depredador, muy lejos del maquillaje “humano” con que la Iglesia pretende engañar a los pobres y explotados por él, es que lograremos que haya tierra, techo y trabajo para todos.
Gustavo Giménez