Luego de un primer semestre de terror y para el olvido desde el punto de vista económico, el gobierno quiere instalar que si bien aún no existe la famosa «luz al final del túnel» que prometió para el segundo, al menos la inflación está bajando.
Este es el eje principal del discurso de toda el área económica de Macri, que entre ministros y funcionarios no se ponen de acuerdo en casi nada: ni en las tasas de interés del BCRA, ni en las colocaciones de Deuda, ni en cómo atraer inversiones. Eso sí para meternos el verso de que la inflación ya está controlada salen todos unidos.
Para ello usan el dato de la inflación de agosto, que, con ligeras variantes dio menos del 1% en todo el país ¡y que nos la venden como la más baja desde 2005! Para el gobierno es imperioso meternos esta falsedad, porque saben que la principal preocupación de todo el pueblo es la inflación y el descenso del poder adquisitivo, que a la vez son la causa del mal humor social que reina y que le quita mes a mes aceptación al gobierno.
Una baja mentirosa
Que la inflación afecta más a los sectores más pobres y desprotegidos ya lo hemos dicho mil veces. Precisamente porque los productos que más aumentan son los de consumo masivo y diario como la comida, que es en lo que gastamos el 50-60% del sueldo, así cada punto porcentual del aumento en la inflación se traduce en miles de nuevos pobres e indigentes, aumentando la bronca contra el gobierno. La conclusión, para Macri es fácil, si decimos que está bajando, disminuirá la bronca. El problema es que esto es falso.
En primer lugar porque, existe una relación directa, inseparable entre inflación y poder adquisitivo del salario (esto último lo tratan de obviar, no aparece en los diarios ni en los discursos de los funcionarios) y estos 9 meses de gobierno PRO no sólo aumentó brutalmente la inflación en los primeros 6 meses, superando el 30-34%, sino que por complicidad de la burocracia sindical y el apoyo de la burguesía, se acompañó de un aumento de los salarios por debajo de la inflación, haciendo que el poder adquisitivo del salario se haya reducido muchísimo, sino baste con comparar cuántos litros de leche o kilos de carne podíamos comprar hace un año con nuestro sueldo y se acaba la discusión. Por eso a pesar que nos bombardeen desde los medios diciendo que bajó la inflación «núcleo», que se está desacelerando, que en agosto es menor al 1% o que para el año que viene será del 17% según el presupuesto mandado al Congreso, la gente sabe que le mienten.
En segundo lugar es falso el número en sí mismo, ya que para lograr bajar del 1% lo que hicieron fue restarle el aumento que habían tenido las tarifas, sobre todo la del gas. De otra manera en el mejor de los casos hubiera sido del doble (insisto, mucho más para los sectores más humildes). Pero además las mercancías aumentaron en los dos últimos meses mucho más porque los empresarios le «sumaron» a los precios, los costos del aumento tarifario y nadie sueñe que vayan a bajarlo ahora, así lo explicó el mismo Prat Gay que dijo que en ningún lugar del mundo los precios bajan una vez que suben, ¡como si nos sirviera de consuelo saber que la globalización de la especulación afecta a todo el mundo!
Y en tercer lugar, porque la causa de la desaceleración no se debe a que hayan controlado los precios, ni la especulación, ni que haya aumentado la producción y por lo tanto la oferta de mercancías sino al simple hecho que por culpa, precisamente de la baja del poder adquisitivo hay una retracción del consumo como muestran todos los indicadores de ventas en los Súper, etc., sumado al parate económico recesivo que superó el 20% en la construcción, despidos en Comercio y ni qué hablar del despido de Estatales.
¿Cómo terminar con la inflación?
Por eso sostenemos que la única manera de lograr contener la inflación y mejorar el nivel de vida del pueblo pasa por derrotar este ajuste macrista y poner en marcha un plan económico completamente opuesto, que arranque de un aumento general de salarios que cubra el costo de vida, actualizado trimestralmente, eliminación del IVA a los productos de consumo masivo y popular, atacar la especulación de los grandes formadores del precios aplicando la Ley de Abastecimiento, estatizando las empresas de servicios bajo control público como única forma de tener tarifas sociales al alcance de la gente y cambiar la estructura tributaria del país para que paguen más los que más tienen con impuestos progresivos a las grandes fortunas y ganancias como forma de paliar el déficit y la crisis que hoy Macri y sus socios quieren descargar sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo.
Gerardo Uceda