Las cifras de pobreza mostraron la realidad del ajuste macrista, desnudando que ya no alcanza con el argumento de la “herencia “ recibida.
Luego de la publicación de las estadísticas de pobreza por parte del INDEC el gobierno de Macri salió rápidamente a desmarcarse, descargando toda la responsabilidad sobre la “pesada herencia”. El kirchnerismo no se quedó atrás reiterando la ficción de que dejaron un país con 4,7% de pobreza. Unos y otros eluden responsabilidades y buscan dejar fuera del debate las causas estructurales de la pobreza: el modelo de despojo capitalista que ambos gobiernos sostuvieron y sostienen.
Lo que quisieron (y quieren) encubrir….
La intervención del INDEC encubrió durante años las cifras reales de la economía del pais. Lejos de las mediciones oficiales, incluso entidades cercanas al gobierno como CIFRA (CTA – T) ubicaban la pobreza en el segundo semestre de 2015 en un 19,7% y un 4,5% de indigencia. Mientras el observatorio social de la UCA medía un 29% de pobreza y 5,3% de indigencia.
Sacando el foco de la década k, la evolución general de la pobreza muestra una tendencia estructural clara. Aproximadamente a partir de 1974 (Rodrigazo), y luego con la dictadura y Martinez de Hoz, comienza un claro proceso de incremento de la pobreza y un retroceso en la participación de los trabajadores en el PBI. Esta tendencia se mantiene constante a lo largo de las últimas tres décadas con cifras de pobreza que, exceptuando los picos de 1989 (hiperinflación) y 2003 (devaluación), oscilan alrededor del 20%. La reducción de la pobreza ha sido un pilar del “relato” k, y está claro que, comparado con el pico de 2003, la pobreza se redujo. Esta reducción, sin embargo, llegó hasta los niveles promedio de pobreza de la década del 90.
La pobreza estructural persistente, de alrededor del 20% desde hace cuatro décadas es una clara muestra de la continuidad en lo esencial de un modelo económico de despojo capitalista. El creciente endeudamiento, la desindustrialización, financiarización, el avance del extractivismo y el retroceso en el nivel de vida de los trabajadores es una constante del periodo tomado de manera global, mas allá de sus picos y oscilaciones.
…es lo que vienen a profundizar
Es precisamente este modelo el que Macri viene a profundizar. Por eso esta cargada de hipocresía su crítica a la “pesada herencia” y su propuesta de “pobreza cero”. Su plan económico va claramente en la dirección contraria.
Los datos ya demuestran esto con claridad. Es evidente que las políticas impulsadas en estos meses de gobierno han tenido un impacto negativo sobre las cifras de pobreza que hoy llega al 32,2% . La devaluación, los tarifazos y el acelerado proceso inflacionario que acumula un 45% interanual son una clara transferencia de ingresos desde los asalariados a los sectores más concentrados de la economía. Los miles de despidos empeoran aun más esta situación, y ya se anuncia una nueva ola de despidos en el estado.
La “normalización” capitalista que impulsa el gobierno de Macri busca profundizar aun más la matriz económica de despojo capitalista que ha marcado las últimas décadas y ha generado elevados niveles de pobreza estructural. El nuevo ciclo de endeudamiento externo, la apertura indiscriminada a las importaciones, la búsqueda de “inversiones” de saqueo, incrementarán las desigualdades y profundizarán el modelo de despojo del capitalismo dependiente.
Hay otra salida
Frente a esta situación sostenemos que existe otra salida. Para revertir el empobrecimiento hay que desmantelar la matriz económica imperante. Para ello hay que comenzar por hacer que la crisis la paguen los que más tienen. Hay que cobrarle a la renta financiera, los especuladores inmobiliarios, los grupos económicos concentrados, los grandes exportadores, pooles de siembra y terratenientes. Hay que revertir la privatización recuperando los resortes fundamentales de la economía bajo control social. Hace falta una reforma agraria integral y romper con el modelo extractivista que profundiza la dependencia. Es necesario dejar de pagar la deuda externa para poder utilizar esos recursos para un plan económico de emergencia. Para poder construir esta salida es necesario poner en pie una alternativa política de los de abajo, que termine con las castas políticas que hace décadas gobiernan para los empresarios.
Luis Meiners