Desde todo el país, desde Jujuy y Salta hasta Río Gallegos y Caleta Olivia, con mucho esfuerzo militante, reuniones, debates e iniciativas para recaudar fondos, el sábado 8 llegamos temprano a Rosario. Nuestra militancia rosarina, que las noches previas llenó la ciudad con nuestros carteles, ya tenía preparadas las escuelas y el desayuno. Después participamos del acto de apertura en el Monumento a la Bandera y al terminar hicimos uno propio, con la calurosa bienvenida de las compañeras María Damasseno, Vilma Ripoll y Fernanda Melchionna, de nuestro partido hermano brasilero, el MES-PSOL (ver pág. 14).
La primera alegría fue vernos y abrazarnos, conocernos y reconocernos, cientos y cientos de trabajadoras docentes, estatales, de la salud y otros gremios, jóvenes estudiantes, compañeras de los barrios, algunas con experiencia militante y otras que iban por primera vez al Encuentro. Almuerzo y partimos hacia los distintos talleres, a aportar las propuestas políticas y de lucha que desde meses antes fuimos elaborando juntas.
Género, mucha tela para cortar
Así se llamó la charla abierta que hicimos en nuestra escuela el sábado a la tarde. Compartieron el panel Gabriela Mansilla, mamá de Lulú, la primera niña trans en obtener su documento sin proceso judicial; Viki Caldera, referente de Juntas y a la Izquierda Córdoba, y Vilma. Gabriela nos contó su batalla para que Luana sea reconocida como tal y Viki relató la actualidad de la pelea por el aborto legal, seguro y gratuito y por presupuesto de emergencia contra la violencia de género.
A su vez Vilma explicó cómo el capitalismo, en busca de revertir su crisis, ataca a nivel global los derechos laborales, democráticos y de género. Cómo ante esa ofensiva nos levantamos las mujeres en todo el mundo, desde el paro triunfante en Polonia hasta las mujeres kurdas, y desde el Ni Una Menos acá y en Perú, hasta la “primavera das mulheres” en Brasil, también contra el recorte al derecho al aborto. Y cómo, entonces, la pelea contra la doble opresión que sufrimos todas tiene el mismo enemigo común: el sistema capitalista y patriarcal, padre de todas las violencias.
A la noche, una súper fiesta animada por una banda de percusión, nos permitió compartir música, baile y alegría.
Antipatriarcales, anticlericales y anticapitalistas
El domingo 9 siguió con los talleres por la mañana. Al mediodía, nos hicimos sentir con fuerza en un vistoso escrache a la Catedral con la consigna “aborto legal ya”, con nuestras jóvenes con el pecho al descubierto. Esta iniciativa, que incluyó un “Papa” y un “Macri”, recogió la simpatía de quienes paseaban y tuvo alta repercusión de prensa.
También participamos de la presentación del libro Libertad para Belén, de su abogada Soledad Deza, y del plenario de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. A la tarde fue la marcha final. Por invitación de las compañeras de la Campaña, Vilma primero marchó en su cabecera y luego vino a nuestra columna.
Con más de dos mil mujeres y algunos varones, llena de pancartas y banderas, dos batucadas y el infaltable bondi de la Línea 60, la columna de Juntas y el MST fue una de las más grandes y combativas. Al frente iban Vilma, Fernanda, Luciana Echevarría, Lita Alberstein, Maru Acosta con la pancarta de su hermana Pao, víctima de femicidio, y otras compañeras. No faltó la bandera de Libre Diversidad, nuestra agrupación LGBT. Cantamos durante las 40 cuadras de la marcha. Y en contraste con otras organizaciones, que se desbandaron o recularon, la represión policial no nos frenó pese a que tuvimos tres compañeras heridas de balas de goma.
El lunes 10, en el acto de cierre, dimos batalla por la sede Capital (ver pág. 14). Además, en el Encuentro repartimos 25.000 boletines y vendimos 1.500 periódicos del MST. Cansadas pero contentas, orgullosas de todas nosotras, orgullosas de nuestros compañeros que cocinan y limpian los baños, orgullosas de las nuevas compañeras que ya se suman a Juntas y al partido, volvimos a nuestros lugares a redoblar la batalla por nuestros derechos y por una sociedad sin explotación ni opresión. Cada vez más, Juntas y a la Izquierda.
Flor Carral