Quince años no es nada. Parece haber un consenso entre la prensa oficialista, las grandes corporaciones y la burocracia, para intentar convencer de que, más allá de la crisis actual vamos por el camino de la recuperación económica. En este marco se debe leer la presentación de Macri en el 52º Coloquio de IDEA (donde se reúnen todos los años los grandes empresarios). Catalogaron su visita como histórica, porque hacía 15 años que no iba ningún presidente a su foro. Hasta alabaron su discurso y la forma en que se “sintió cómodo” hablando a los suyos.
Rindiendo cuentas. La primera razón de la participación de Macri en IDEA 2016, fue para rendirles cuentas de las intenciones del gobierno, todas en sintonía con los intereses del gran capital nacional y extranjero. Así fue que el presidente les recordó que estaba cumpliendo con lo prometido en campaña: “pusimos fin al cepo, reintegramos los impuestos a las exportaciones de las economías regionales, sancionamos la Ley de Pymes, reconstruimos el Indec” dijo Macri. (Devaluó el peso el 50%, disparó la inflación a más del 40% en un semestre y le sacó las retenciones a los agroexportadores y mineros, agregaríamos nosotros). Les prometió además inversiones por U$S 48.000 millones y un ambicioso plan de obra pública, la mayor parte de dicha ganancia irá como siempre, al bolsillo de los grandes pulpos allí presentes. A cambio de todos estos regalos, los invitó a invertir y confiar en el país, como si le fueran a hacer caso…
Compromiso con los ricos. Pero la segunda razón y no menos importante fue demostrar la firme intención del Gobierno de “normalizar el país”, luego del fracaso del kirchnerismo en lograrlo, luego de 12 años post-argentinazo. Es que éste es un reclamo casi histórico del imperialismo y la gran burguesía nacional. Los deberes en este sentido ya empezaron mucho antes de IDEA. Por eso acordó con los buitres, se endeuda en el exterior y abre las puertas al FMI. Por eso se reúne con Obama y los suyos y sale a “vender” el país con el plan de Cambiemos, en lo que ellos denominan road shows, tanto en el extranjero como con el mini Davos que montó hace unas semanas aquí en la Argentina.
La única verdad. Con el apoyo de empresarios y la colaboración de la prensa quieren convencernos a los de abajo de que tenemos que soportar el ajuste actual porque vamos por el buen camino, que la inflación está bajando, que el poder adquisitivo del salario superará a la misma en el 2017 y que aparecen “brotes verdes” en la macro economía. Los datos de la realidad sin embargo contradicen todo este supuesto optimismo. Lo que vivimos día a día muestra que julio y agosto y todo el semestre pasado fueron los peores en años para los trabajadores y el pueblo. Sus propios números lo demuestran: la producción industrial cayó el 8% (casi 10% la de autos), la capacidad productiva sin usar es del 38% (el más bajo desde 2002), la construcción cayó cerca del 20% y cae el consumo masivo (desde carne hasta lácteos y azúcar). De nuestro lado, esto se traduce en despidos, suspensiones, no generación de nuevos empleos, caída del salario real y de otros ingresos fijos. La pobreza que también mencionó Macri en IDEA y por la que se hicieron los conmovidos los empresarios, en realidad aumentó en más de 3 ó 4% durante este gobierno, ubicándola en el 32%. Es claro que los brotes verdes sólo están en la cabeza de los funcionarios del Gobierno.
Pararle la mano. Desde el MST-NI al igual que la inmensa mayoría del pueblo trabajador lo que vemos es un brutal ajuste al bolsillo de los de abajo, mientras los de arriba, al igual que durante el kirchnerismo se siguen llenando los bolsillos. Y sostenemos que la única forma de enfrentar este ajuste es organizándonos, reclamando a la CGT que rompa con su complicidad y le ponga fecha al paro general y discutamos un plan de lucha hasta derrotar este plan económico diseñado a medida del imperialismo y las grandes corporaciones. Sólo entonces podremos poner en marcha otro plan completamente distinto, al servicio de las necesidades del pueblo y en donde la crisis la paguen los que la generaron.
