El ya detestable candidato republicano Donald Trump provocó un nuevo revulsivo poco antes del segundo debate con la candidata Hillary Clinton. El Washington Post reveló una grabación del magnate en el programa Access Hollywood en que hace gala de su impunidad para abusar sexualmente, dice: “cuando sos una estrella, te dejan hacerlo. Podés hacer cualquier cosa… Agarrales la concha. Podés hacer cualquier cosa.”
Muchos republicanos tomaron distancia en respuesta e incluso le retiraron su apoyo. Y el Comité Nacional Republicano suspendió el financiamiento de su campaña. En las encuestas cayó a más de 10 puntos detrás de Clinton.
Ella, por su parte, aprovecha el derrumbe de Trump para prometer lo menos posible en su campaña, cuyo eje es que ella no es Trump. El derrape machista de su adversario le sirvió a Clinton también para cubrirse de lo que debiera haber sido su propio escándalo político.
El mismo día que el audio de Trump vio la luz, WikiLeaks filtró el contenido de los discursos que dió Clinton para grandes firmas financieras, por las que cobró cientos de miles de dólares. En los mismos, les promete a los empresarios bancarios poder de veto ante cualquiér reforma financiera, y reconoce que ella debe tener para ciertos temas “una propuesta pública y otra reservada”, reafirmando que será una Presidenta de confianza para el 1%.
Federico Moreno