La Iglesia comandada por Francisco, viene actuando fuerte en todos los escenarios de la política mundial. Más allá de las creencias de cada quien, esta poderosa institución lejos esta de dedicarse a asuntos «espirituales» usa su influencia ideológica al servicio del sostenimiento del orden mundial y las políticas del imperialismo.
De San Cayetano a la mesa de Macri
Es evidente que la iglesia Católica se ha propuesto un viraje profundo en sus políticas luego de años de retrocesos y debilitamiento, la designación de Bergoglio y la «ofensiva» de este sobre distintos temas de la geopolítica, muestran la necesidad de esta institución milenaria de reconvertirse para seguir cumpliendo su rol de disciplinador social.
Por eso no es de extrañar que después de impulsar una movilización en San Cayetano con organizaciones sociales ahora se mete de lleno en la mesa del pacto social con el gobierno. Es por eso que salieron a bancar el «enfriamiento» del paro por parte de la CGT. Es por eso que la visita de Mauricio a Roma fue mucho más que la asistencia protocolar a la canonización de Brochero.
El gobierno necesita avanzar aun más con las medidas de ajuste, tiene en carpeta una nueva tanda de miles de despidos y, como ya quedó demostrado con sus anuncios miserables, no piensa dar aumento, ni segundo aguinaldo, ni nada por el estilo, la cúpula de la iglesia es consciente de este punto y sin embargo se sienta en la mesa del pacto social, ¿por qué? Para apuntalar el ajuste que planea el macrismo, no hay otra explicación.
Como tantas veces en la historia la Iglesia ha elegido el lado de los poderosos y otra vez se dispone a proponernos que pongamos la otra mejilla para soportar más despidos, para bancarnos seguir cobrando miserias, para seguir sosteniendo un sistema donde algunos aportamos los esfuerzos y las penurias para que un puñado se lleven los beneficios.
M.C.