En la CABA, con el gobierno del PRO, la educación profundizó su lógica mercantilista. Hubo un salto en la última década en la transferencia de subsidios a la educación privada -incluyendo la confesional. Lo público continuó su proceso de sostenida degradación y los intentos por imponer una reorientación curricular vaciada de contenido crítico, social, se mantuvieron aunque la respuesta de la comunidad educativa siempre fue contundente. La NESC -el frustrado proyecto PRO-, expresaba ese enfoque antieducativo. La fuerza de la docencia movilizada y el estudiantado impidió que se consume ese objetivo. La presencia de fundaciones capitalistas, como Monsanto, Nestlé o Coca-Cola, traficando bajo la cobertura de presuntas encuestas del programa «Alimentación Saludable», un verdadero relevamiento de mercado para vender sus productos a los chicos. O la reciente ofensiva con la encuesta multiple choice del Aprender 2016, una verdadera extorsión a la docencia. El neoliberalismo educativo del PRO fue encontrando siempre en estos años en la CABA un escollo en la docencia. Ademys del período de gestión anterior a la Multicolor-FIT, se transformó en una referencia independiente indiscutible en la defensa de todos los derechos de lxs trabajadorxs y la comunidad de conjunto.
Con la Multicolor, varios pasos para atrás
La etapa que desde hace tres años atraviesa Ademys con la actual conducción Multicolor-FIT, registra un retroceso importante. La orientación sectaria de su conducción aisló al sindicato del conjunto de la docencia que en el período anterior, aún siendo menor en cantidad de afiliados a UTE-Celeste, siempre fue protagonista en la movilización frente al macrismo, incluso obligando a UTE a reaccionar contra su política de pacto PRO-K en ese período. La ausencia completa de política de unidad en la acción y exigencia a UTE, la lógica de achique de sindicato de «militantes agrupados», de asambleas puertas adentro, en horarios de díficil participación para la docencia y la imposición del pensamiento único en todas las instancias de la vida gremial, fueron provocando involución. El colmo a nivel de la Comisión Directiva fue la apropiación de todas las licencias gremiales, a pesar de contar con una exigua mayoría de apenas un miembro más que la oposición que nosotrxs integramos. Toda esta dinámica debilita, no integra pluralmente posiciones, no refleja a la base docente y por lo tanto, facilita el rol del gobierno PRO y la burocracia Celeste de UTE.
El 24N, una oportunidad para cambiar: que Ademys recupere protagonismo
Nuestra obsesión es fortalecer nuestro sindicato para enfrentar al gobierno, a la patronal y su política anti-educativa, anti-docente, capitalista. Porque tenemos un programa de lucha que incluyen reclamar infraestructura, porque las escuelas se caen a pedazos. Porque exigimos despatriarcar la educación, combatir el machismo y para eso planteamos ESI con capacitación en servicio. Somos categóricxs, no le claudicamos a los empresarios de la educación, ni a la iglesia: eliminar los subsidios a las privadas, fortalecer lo público. Tenemos una propuesta que implica insistir con que los diputados -y funcionarios electos- ganen como un docente -o que nosotrxs ganemos como ellxs. Para avanzar en esa agenda, la clave es transformar el modelo actual, Multicolor, de Ademys. Democratizar todas sus instancias, romper con la idea burocrática de que el sindicato le pertenece a su mayoría circunstancial e integrar todas las corrientes de opinión, para potenciar la unidad por la base, para derrotar la política empresarial PRO. Esa es nuestra visión, así nos plantamos para recuperar Ademys. El 24N, vamos por eso con el Frente Unidad Docente.
Maru Lopes y Vanesa Gagliardi. Alternativa Docente en el FUD
