Hace poco Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos de la Nación, informó que según el «Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado», creado bajo el gobierno K, entre octubre de 1973 y diciembre de 1983 hubo 8.571 víctimas: 7.010 desaparecidos y 1.561 asesinados. Como antes Darío Lopérfido y luego Mauricio Macri, de un plumazo Avruj rebajó la cifra histórica de 30.000 desaparecidos a poco más de la cuarta parte. Lo hacen para negar el terrorismo de Estado, avanzar en la política del olvido y buscar la reconciliación con los milicos genocidas de la dictadura. Por eso la cifra, además de interesada, es falsa.
En una nota del 24 de marzo de 2006, el periodista de investigación Hugo Alconada Mon sostenía: «Treinta años después del golpe militar, nuevos documentos desclasificados muestran que los militares estimaban que habían matado o hecho desaparecer a unas 22.000 personas entre 1975 y mediados de 1978, cuando aún restaban cinco años para el retorno a la democracia. El cálculo aportado por militares y agentes argentinos que operaban desde el Batallón 601 de Inteligencia a su par chileno Enrique Arancibia Clavel, aparece entre los documentos que logró sacar a la luz el Archivo de la Seguridad Nacional de la Georgetown University, y a cuyas copias accedió La Nación».
Si de la ESMA apenas sobrevivieron cien sobre 5.000 compañeros y compañeras. Si según el general Ramón Camps en la provincia de Buenos Aires liquidó a otros 5.000. Si por Campo de Mayo pasaron 5.000 más y por «La Perla» de Córdoba más de 2.000. Y si a eso hay que sumar los asesinados durante el «Operativo Independencia» en Tucumán y además los que pasaron por los casi 400 centros clandestinos de detención que hubo en el país… ¿Qué carajo nos quieren hacer creer el gobierno macrista y demás negadores o defensores del genocidio? No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Más que nunca: 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos, ¡presentes!
Pablo Vasco