El gobierno de Erdogan, después del intento fallido de golpe de Estado de julio pasado, ha respondido con más autoritarismo y represión no sólo contra el pueblo kurdo -al cual viene masacrando hace más de un año- sino contra todo aquel que ose levantarse a criticarlo.
El viernes 4 de noviembre a la madrugada fueron detenidos arbitrariamente por la policía turca los co-presidentes del HDP (Partido Democrático de los Pueblos) de Turquía, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, junto a otros 9 diputados nacionales, en una operación coordinada en varias ciudades ordenada por una justicia adicta al gobierno, quien ejerce el poder de manera abiertamente dictatorial. Su última acción fue detener el viernes 11 en el aeropuerto de Estambul, a su regreso de Alemania, al director del diario crítico Cumhuriyet, Akin Atalay. Con los medios de comunicación opositores cerrados, con las redes sociales bloqueadas en el sureste, en la región kurda, con 180 alcaldes y concejales y 300 dirigentes locales de formaciones kurdas en prisión desde hace meses y más de 30 municios intervenidos por el gobierno, muchos esperan aún algo peor, incluso el comienzo de un verdadero genocidio como el que sufrieron los armenios hace 100 años.
Es inaudito que ningún Estado condene a este gobierno que silencia a la oposición y al tercer grupo parlamentario del país con más de 6 millones de votos como el HDP. La hipócrita Europa no le quiere soltar la mano porque Erdogan amenaza con dejar pasar millones de refugiados al viejo continente. No olvidemos que Erdogan ha logrado tejer también una alianza con Putin y el imperialismo yanqui, para no tener problemas en intervenir en Siria e Irak, en cuyos territorios querrá meter sus garras después de la caída de Al-Raqqa (Siria) y Mosul (Irak). Este es el peligro que enfrenta la heroica revolución kurda de Rojava al norte de Siria rodeada de prácticamente toda la contrarrevolución mundial.
Importante manifestación en Buenos Aires
El viernes 11 se realizó una importante movilización unitaria hacia la embajada de Turquía en Buenos Aires para repudiar el encarcelamiento de los parlamentarios del HDP, exigiendo su libertad y la de todos los presos políticos, y para solidarizarnos con el pueblo kurdo. Allí nos movilizamos el MST, PO, IS, MAS y CS, entre otras organizaciones.
Frente a la embajada turca, fuertemente custodiada por la policía, Delil Delal, del Comité de Solidaridad Kurdistán-América Latina, aseguró: “Estamos acá para exigir el estado de derecho en Turquía y por la libertad de todos los parlamentarios”.
En nombre del MST, Alejandro Bodart denunció que se está ante un salto cualitativo de la represión al pueblo kurdo. Asimismo convocó a reconocer “la autonomía kurda y, en ese sentido, le exigimos al gobierno de la Argentina que corte relaciones con la dictadura turca. Debemos hacer una campaña para que se corten las relaciones, porque no se puede reconocer a Turquía en la comunidad internacional”.
Fabio Marucci
