En la Cámara de Diputados se está debatiendo el mal llamado Impuesto a las Ganancias. Los cruces los han protagonizado el ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay, en defensa del proyecto de ley del oficialismo, y el diputado Sergio Massa con proyecto propio. El GEN y el PJ por ahora también pugnan por sus proyectos, aunque negocian por unificar los de la oposición.
Se pelean por los detalles con una grandilocuencia ante las cámaras que parecieran defender intereses mortalmente enfrentados. Massa acusa al gobierno macrista de olvidarse de los jubilados y monotributistas. ¿Pero cuáles son las diferencias reales?
El proyecto del macrismo propone aumentar el mínimo no imponible un 15%. El de Massa, casi un 50%. Los pisos para las distintas categorías también son una fuente de agrias polémicas. Prat Gay propone actualizaciones en las escalas. El GEN y el PJ claman que también haya actualización en el mínimo no imponible. El oficialismo juega la carta de que su proyecto está contemplado en el Presupuesto 2017, que acaban de aprobar todos juntitos. Massa retruca que compensaría el impacto de su proyecto modificando otros impuestos.
Todos sacan pecho fingiendo defender mejor que el otro los intereses de los millones de trabajadores que pagan Ganancias, pero ninguno plantea la única solución posible: hay que eliminar ese impuesto, que es en realidad es un impuesto al ingreso, no a la ganancia. Porque el salario no es ganancia. Y hay que reemplazarlo por un verdadero impuesto a la ganancia empresarial y además extenderlo a la renta financiera y al juego, que hoy no pagan.