Pese a la tormenta, en Buenos Aires el 26N hicimos con todo éxito la 25ª Marcha con miles y miles de personas. La consigna central fue “Basta de violencia institucional y asesinatos a personas trans. ¡Ley antidiscriminatoria ya!”
La Comisión Organizadora (COMO), con más de 40 agrupaciones, entre ellas nuestra Libre Diversidad-MST, durante meses debatió y consensuó las consignas, discursos, abucheos, reconocimientos y cada detalle de los actos en Plaza de Mayo y Congreso.
Por eso son tan ridículas las chicanas del FIT, cuyos partidos además fueron ajenos a nuestra lucha por las leyes de matrimonio igualitario e igualdad de género y no integran la COMO. Según el PTS, “la convocatoria lejos estuvo de levantar las demandas de miles de LGBTIs con una contundente denuncia al gobierno macrista” y a los gobernadores. Y según el PO (1969), la marcha es “un evento dominado por los mercaderes gay-friendly”, “decretó el fin de la lucha organizada” y critica que se pida plata al Estado para cubrir gastos.
Lo cierto es que desde el escenario oficial de Congreso se abucheó a Macri, a sus ministros de Seguridad, Educación y Salud, a los gobernadores Morales (UCR), Urtubey y Bertone (PJ), al Papa y las policías. El discurso central reiteró todas esas denuncias y los reclamos del colectivo LGBT. ¿Y qué problema hay en pedir plata pública, o sea nuestra, en tanto no condicione las demandas? ¿Acaso al PO no le pagó micros el Consejo Nacional de Mujeres para ir al Encuentro de Rosario? El FIT miente torpemente para justificar su divisionismo.
Como en Congreso dos grupitos marginales (Mocha Celis y Otrans) tiraron botellas al escenario, hubo que cerrar el acto antes por seguridad. Pese a las dificultades, con la 25ª Marcha del Orgullo dejamos claro que seguimos luchando por la igualdad social, por más derechos y, como bien decía el Frente de Liberación Homosexual (FLH) en los ’70, por “amar y vivir libremente en un país liberado”.
Pablo Vasco