Mauricio Macri y su gobierno nacional del PRO-Cambiemos cuestionan los derechos humanos en su integralidad.
Cuestionan los derechos humanos de ayer, porque Macri mismo ha calificado públicamente a la última dictadura militar de “guerra sucia”. De ese modo promueve la nefasta “teoría de los dos demonios” y niega el terrorismo de Estado cometido por los milicos asesinos del ’76 al ’83 y antes por la Triple A bajo el gobierno de Isabel, López Rega y el propio general Perón.
Además, varios de los funcionarios macristas han negado la cifra de 30.000 detenidos-desaparecidos, lo cual implica banalizar la magnitud de aquella represión dictatorial. Y como si eso fuera poco, el Ministerio de Justicia de la Nación ha resuelto no rechazar en las causas judiciales los pedidos de prisión domiciliaria que realizan muchos genocidas condenados a perpetua.
No obstante, muchas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS y otros organismos y luchadores de derechos humanos salen al cruce de estas políticas macristas en favor del olvido y la impunidad. Un buen ejemplo de ello fue la Marcha de la Resistencia el pasado jueves 8 de diciembre en la Plaza de Mayo, motorizada por Elia Espen, Norita Cortiñas y Mirta Baravalle, Madres que siempre apoyan todas las luchas sociales y que nunca capitularon ni se dejaron cooptar por gobierno alguno.
Al mismo tiempo, Macri y su gobierno también atropellan los derechos humanos de hoy. Lo hacen al privar de comida, trabajo, salario, techo, salud o educación a amplios sectores de la población. Lo mismo por las deplorables condiciones carcelarias. Y lo mismo al no proteger debidamente a las mujeres que sufren violencia machista y al no respetar el protocolo nacional de aborto no punible.
Igual que los gobernadores, el gobierno macrista reprime luchas. Sus policías siguen siendo de “gatillo fácil” y hostigan a los jóvenes. El gobierno siguen criminalizando la protesta social, si bien la resistencia popular le ha impedido aplicar el ridículo “protocolo 5 minutos” dictado por la ministra Patricia Bullrich a poco de asumir. A su vez se pretende militarizar la seguridad interna con la excusa del narcotráfico. Y mantienen presos políticos, como lo son Milagro Sala y los choferes detenidos en Salta por luchar, cuya libertad exigimos.
Desde el MST y el CADHU (Centro de Abogados por los Derechos Humanos), como integrantes del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, estamos comprometidos en la defensa intransigente de los derechos humanos de ayer y de hoy.
Pablo Vasco