El gobierno de Cambiemos arrancó el 2017 a la ofensiva. El desgaste del 2016, lejos de hacer recalcular al elenco ceócrata, lo obliga a retomar el ataque social y político sobre derechos del conjunto de nuestro pueblo. La estrategia económica, el mandato burgués delegado a Macri es bajar los costos laborales. En clave capitalista esto lo camuflan llamándolo “recupero de competitividad”. Es buen romance: necesitan recuperar tasa de rentabilidad. Para hacerlo, aislando al movimiento obrero, además de la tregua sindical de la burocracia, se proponen afirmar su base social, fidelizar le llaman los consultores, nuevos oráculos de la política tradicional. Necesitan para eso dar señales políticas de autoridad, de reafirmación derechosa, reaccionaria. Por eso, instalan en la agenda pública dos temas para consumo del atraso político de algunos y alimento fascistoide de otros: la estigmatización de inmigrantes y de la juventud. Ese es el marco de un eje que no resiste el más mínimo análisis serio: la baja en la edad de imputabilidad de los menores.
Si se mediatiza, existe
No hay estadística que pueda probar la relación causal de incidencia significativa entre el delito juvenil y la inseguridad global. Poner el zoom en los jóvenes, pobres en particular, permite distraer el debate de fondo que hace a la inseguridad: las mafias capitalistas que lucran al amparo societal de jueces, fiscales y jefes policiales, garantes territoriales de zonas liberadas. Estigmatizar a la juventud simplifica y encubre las razones estructurales, esenciales al capitalismo y sus múltiples nichos de negocios. Lo que se silencia de forma cuidadosa en el debate mediático, en su despliegue ideológico sistemático, son los datos de los menores víctimas del gatillo fácil policial. Un joven acribillado por día es la cifra espantosa. De eso, claro, en los medios no se habla, entonces, para una franja social, no existe. Desde la izquierda tenemos la responsabilidad de desenmascarar todas estas operaciones políticas de confusionismo social.
Desmantelar las mafias capitalistas del delito organizado
Como toda falsa ideología burguesa, capitalista, en el tema inseguridad, se suele estereotipar a la izquierda con la falta de propuestas sobre el tema. Falso de toda falsedad. En nuestro enfoque hay dos aristas para encarar. Por un lado, las medidas de inclusión social masiva de la juventud pobre, que no estudia ni trabaja, que el sistema margina y que después las mafias utilizan como fuente de reclutamiento de mano de obra barata para sus negocios delictivos. Esto supone, en lugar de recortar el presupuesto en educación, ampliarlo, aumentarlo. Destinar todo lo necesario para becas de reinserción escolar y formación laboral, equivalente al salario mínimo. Esto lo planteamos, implementar el shock, no gradualmente. En simultáneo hay que desmantelar el sistema político-policial-judicial de protección del delito. Para eso, revocabilidad de todos los funcionarios, salario igual a una directora de escuela, rendición anual de cuentas y cárcel y responsabilidad patrimonial ante delitos de corrupción. Además depurar todas las cúpulas policiales y habilitar la elección del comisario por los vecinos. Y en el mismo sentido establecer la elección popular de jueces y fiscales, además de terminar con el carácter vitalicio de esos cargos. Así de verdad empezaríamos a atacar la inseguridad hija del capitalismo.
M.R.