El movimiento de Mélenchon eligió el 18 de marzo para organizar su gran procesión “manifestante”. Hubo decenas de miles, venidos de toda Francia. Era un mar de banderas francesas: las mismas que la derecha enarboló en su acto dos semanas antes.
Para mostrar fuerza FI eligió el aniversario de la Comuna de París1, que fue derrotada por las tropas monárquicas bajo la bandera azul, blanca y roja. Esa bandera no simboliza “la patria en peligro”, sino los crímenes cometidos contra los obreros parisinos en junio de 1848 y mayo de 1871: decenas de miles de muertos, miles de deportados y encarcelados.
“La infame bandera tricolor”
Así la llamó Paul Brousse, luchador sobreviviente de la Comuna. El 9 de julio de 1871 la mayoría de los diputados monárquicos juró fidelidad a la bandera francesa “que en oposición al estandarte sangriento de la anarquía fue la bandera del orden”2. En ese paño tricolor, el blanco simbolizaba a la realeza.
En su llamado a los trabajadores franceses del 18 de marzo de 1892, aniversario de la Comuna, Engels escribía: “Hace 21 años el pueblo de París enarbolaba la bandera roja, desafiando a la vez a la bandera francesa que ondeaba en Versalles y a la bandera alemana que ondeaba sobre los fuertes ocupados por los prusianos… Lo que hace grande a la Comuna es su carácter internacional. Es su desafío osadamente alzado frente a todo sentimiento de chovinismo burgués. La clase obrera de todos los países no se equivocó. Que los burgueses celebren su 14 de julio o su 22 de setiembre. ¡La fiesta de la clase obrera, en todos lados y siempre, será el 18 de marzo!”
Todo eso el jefe de FI lo sabe muy bien. Montado en una marea tricolor, en una puesta en escena, mostró que FI se sitúa claramente por fuera del movimiento obrero. FI sacó a luz su verdadera cara: el chauvinismo y la “unidad nacional”, o sea la colaboración de clases, la sumisión de los trabajadores en nombre de la insumisión. Una política reaccionaria en toda la línea.
Un corte de manga a la clase obrera y sus luchas
Los activistas obreros y juveniles que fueron atraídos por este caballo de Troya que es FI se van a dar cuenta que esa sigla no busca “romper con este mundo podrido”, “erradicar el trabajo precario” ni combatir a la Unión Europea. Palabrerío aparte, con sólo leer el programa de FI basta para ver que esa gente quiere cambiar algo para que todo siga igual, bajo la bandera tricolor, la dictadura de la tasa de ganancias capitalistas y el yugo del trabajo precario.
Haciendo ondear la bandera francesa el día de la Comuna, FI le hizo un corte de manga al movimiento obrero y sus combates. “El futuro en común”, se jactan. ¿Futuro? El FI no tiene ninguno.
20/3/17