Ya sin fuerza para levantarlo, la CGT quiere un paro light, dominguero y para descomprimir la caldera social. Desde el sindicalismo clasista tenemos que llamar a hacer acciones ese día, reclamar continuidad y seguir disputando para barrer a estos traidores y forjar una nueva dirección.
El 7M produjo dos hechos monumentales: la evidencia del rechazo masivo al ajuste macrista y la exigencia de paro nacional. El reclamo brotó de miles y miles de gargantas al unísono que soltaron la bronca contenida no solo contra el gobierno sino contra los dirigentes de la CGT. Fue un salto de calidad en la crisis de la burocracia más rancia que los obligó a convocar. Pero estos centinelas de la gobernabilidad si bien se quedaron sin margen para evitar el paro como en 2016, resolvieron acotar la medida y, en vez de multiplicar el ascenso obrero que pone en jaque el gobierno con una huelga activa, con acciones callejeras y un plan de lucha, quieren utilizarla para descomprimir, calmar las aguas y recomponer los acuerdos de paz social del año pasado que se resquebrajaron al calor de los conflictos. Y que el país entre en clave electoral alejado lo más posible del ojo de la tormenta.
Un paro dominguero, sin programa obrero ni continuidad
Es cierto que prima el repudio al ajuste pero se prevé un paro contundente, también es fuerte la desconfianza en estos dirigentes que promueven un parito silencioso y aislado. Hay debates en los lugares de trabajo sobre la utilidad de una medida con estos mariscales de la derrota al frente que generan un rechazo cada vez que abren la boca. Las declaraciones de los burócratas de los últimos días no dejan lugar a dudas. Veamos.
Dicen que el paro no es contra Macri. Están jugados a sostener al gobierno en contra de los intereses de los trabajadores. Acuña se encargó de recalcar que “El paro del 6 de abril no es contra nadie”; “no resuelve nada” y “es un desahogo que tiene el trabajador” La descomposición y traición de estos dirigentes no tiene nombre. Ya ni siquiera intentan disimular. Ahora se juegan a desmoralizar para bombear y bajarle los decibeles el paro.
Llaman a quedarse en casa. Ante la presión y la bronca de los trabajadores que impuso el paro se juegan a que el mismo sea dominguero. De arranque en la misma conferencia de prensa en la que a regañadientes anunciaron el paro, aclararon que el mismo sería sin movilización. En declaraciones posteriores Acuña intentó dejar tranquilo al gobierno y a los empresarios afirmando que el jueves 6 de abril los trabajadores “Nos quedamos todos en casa tomando mate”. Una verdadera aberración que refleja el terror que tienen los burócratas a la movilización de los trabajadores que le dieron un primer dictamen el día 7 de marzo.
Transan en lugar de preparar la huelga. “Seguramente podremos arreglar en un 20 por ciento”, dijo Maturano de La Fraternidad apoyando el vergonzoso acuerdo que firmó Cavalieri para los empleados de Comercio: 20 por ciento en dos tramos, pero que representan algo más de 18 por ciento, por ser no inmediatamente remunerativos. La Uocra es otro de los sindicatos que ya tendrían acordado un acuerdo paritario similar al de los empleados de comercio, pero que se firmaría después de la huelga. Además, Gerardo Martínez, integra la comitiva que acompaña al presidente Macri, en Holanda desde donde declaró: “Después del paro hay que tomar un camino productivo, de gestión y de sensibilidad”.
Mientras el gobierno les garantizó otro desembolso de dinero de “obras sociales”, estos dirigentes cierran aceleradamente los acuerdos antes de la medida de fuerza. Una agachada sin límites, digna de una burocracia decadente que hay que sacar a patadas de los sindicatos y la CGT.
El paro dominguero, sin movilización, no tiene nada que ver con la historia real de nuestra clase. Es un invento de la burocracia. La tradición del movimiento obrero argentino es la de paro con movilizaciones, piquetes, toma de fábricas, y los planes de lucha.
Garantizar el paro activo y reclamar plan de lucha
La bronca obrera y popular es tan grande que a pesar de los dirigentes vendidos el paro tendrá mucha fuerza. Sin embargo los sectores clasistas y de izquierda tenemos que llamar a no depositar la menor confianza en esta burocracia. Por ello desde la Corriente sindical del MST vamos a llevar a a todos los gremios y lugares de trabajo nuestra propuesta para que el paro se transforme en una gran gesta contra el gobierno, pese a la burocracia.
1) Preparemos el paro desde abajo. Tomémoslo en nuestras manos. Necesitamos que sea una decisión democrática y colectiva que involucre a una clara mayoría de trabajadores. Hay que preparar asambleas, plenarios abiertos y reuniones de activistas para organizar el paro, discutir el programa, organizar acciones y exigir continuidad.
2) Hay que convocar a acciones callejeras para el 6. La CGT le niega el carácter activo. Las CTA que unificaron la medida que habían convocado para el 30 y mantuvieron correctamente la marcha a Plaza de Mayo para ese día, tienen que sostener la decisión que el paro sea activo y sumar fuerza con la izquierda y los sectores clasistas que ya decidimos salir a las calles el 6 a fortalecer la medida nacional.
3) El paro tiene que tener un programa claro incluyendo los reclamos de todos los sectores obreros y populares. Comenzando por apoyar y unir los conflictos en curso, priorizando la lucha docente y los reclamos más urgentes: paritarias sin techo, cese de los despidos y suspensiones y anulación de los tarifazos. Y también por un plan de emergencia obrero y popular: salario, jubilaciones y planes sociales actualizados según inflación; apertura de los libros, reparto de las horas de trabajo y nacionalización de toda empresa que cierre o despida; reestatizar los servicios con control social, anular toda norma de flexibilización, repudiar la deuda e impuestos progresivos para que la crisis la paguen las corporaciones
4) El paro no puede ser aislado. Tiene que tener continuidad con un plan de lucha para pararle la mano a Macri y derrotar el ajuste. La fuerza de los trabajadores está produciendo masivas marchas desde hace semanas. No hay excusas para no vertebrar un plan de lucha con medidas escalonadas y debatidas en la base para que sean efectivas.
La imperiosa necesidad de forjar una nueva dirección
Sobra la disposición a la pelea de los trabajadores. Es más. Se armó un plan de lucha por la vía de los hechos desde las acciones de los días 6,7 y 8M, luego la masiva marcha frente a la gobernación bonaerense, a la semana siguiente la Marcha Federal y nos encaminamos a otra movida masiva el 30 a plaza de mayo, antesala del paro nacional. Si hubiera voluntad política en los dirigentes para darle forma y cotinuidad, estaríamos en condiciones de derrotar el ajuste. Pero los trabajadores tenemos que sacar las medidas contra y a pesar de los dirigentes. Esta burocracia no va más. Si no la desalojamos de los sindicatos y centrales, esta energía de lucha se puede perder y el gobierno recomponerse y avanzar, como sucedió tantas veces y después pagamos con más despidos y menos salario.
Está avanzando desde abajo un proceso de recambio. Expresado en nuevos delegados, internas y hasta algunos sindicatos. Hay que coordinar estos esfuerzos para avanzar a nuevos lugares. El viejo mapa sindical cruje y se fragmenta. Es a la vez una oportunidad para avanzar hacia una nueva dirección que lleve adelante un modelo sindical democrático. Frente a la debacle de la CGT y a las divisiones de la CTA, es necesario asimismo abrir el debate hacia la conformación de una nueva central clasista, democrática y para la lucha.
César Latorre y Guillermo Pacagnini