La Corte Suprema de Tucumán absolvió a Belén, la joven que estuvo injustamente presa por 900 días y fue condenada a ocho años de prisión por haber tenido un aborto espontáneo cuando hace tres años asistió a la guardia del Hospital Avellaneda.
El fallo reconoce lo que desde la Mesa Libertad para Belén siempre dijimos. Que Belén sufrió todas las violencias: obstétrica, institucional, judicial, policial y condena social. La causa se armó sobre pruebas falsas, violando el secreto profesional. La metieron presa, abogados inescrupulosos le sacaron plata y no la defendieron, la defensora oficial tampoco y la condenaron jueces de la Sala III de la Cámara Penal, que son parte de este Poder Judicial corrupto y patriarcal.
Mientras violadores, corruptos y genocidas están libres, Belén fue presa por “homicidio agravado por el vínculo”. A través suyo criminalizaron a las miles de mujeres pobres que acuden a los hospitales públicos por un aborto espontáneo o producido.
En sus fundamentos, el fallo unánime destaca la importancia del secreto profesional en el ejercicio obstétrico del aborto, la capacitación en derechos humanos que debe tener el personal que asiste a las mujeres y su derecho a recibir un trato digno, libre de violencia. De alguna manera reconoce los padecimientos de las mujeres por el sistema de salud deficiente y la justicia misógina. Incluso señala fallas técnicas de la defensora oficial.
Organización y movilización colectiva
Desde hace casi un año, iniciamos una campaña con la abogada Soledad Deza y su equipo jurídico, Juntas y a la Izquierda y organizaciones de mujeres de un arco político muy plural: de izquierda, kirchneristas, independientes y de derechos humanos. Formamos la Mesa Libertad para Belén. Organizamos una gran campaña primero a nivel provincial, con marchas, volantes, afiches, petitorios y conferencias de prensa.
Pero la fuerza del movimiento de mujeres traspasó las fronteras. La campaña se nacionalizó al ser bandera de las jornadas NiUnaMenos, Amnistía Internacional juntó 120.000 firmas en el mundo y la Comisión de DD.HH. de la ONU apoyó nuestro reclamo. El 12 de agosto fue la movilización nacional por la libertad y absolución de Belén. Y el 18 de agosto la Corte provincial la dejó en libertad. Fue el primer triunfo de esta lucha colectiva feminista y democrática.
Con la fuerza de esta experiencia de coordinación democrática para movilizar, desde Juntas y el MST también impulsamos un amplio colectivo Ni UnaMenos que sumó a más sectores para organizar el paro internacional de mujeres del 8M. Logramos una imponente marcha y acto de 10.000 personas, con unidad en la diversidad. Ese día, en Tucumán y en todo el país reclamamos la absolución de Belén.
Aprovechando una performance artística no acordada por el colectivo Ni Una Menos, el obispo Zecca, la Iglesia y demás grupos conservadores lanzaron una repudiable caza de brujas y demonización de toda la lucha feminista. También citaron a una marcha el 25 de marzo, “día del niño por nacer”, desde los colegios religiosos con los niños y sus familias, con afiches con imágenes de fetos y bebés, apoyados por grandes medios y el aparato municipal y provincial. La cúpula de la Iglesia, que nada hizo cuando asesinaron al cura Viroche ni cuando desaparecieron Marita Verón y Paulina Lebbos, movió su estructura millonaria subsidiada por el Estado para atacar nuestros derechos y para que Belén siga condenada.
Pero fracasaron. A la marcha-procesión no fue la multitud que esperaban. Aun siendo de mayoría católica, el pueblo tucumano rechazó la actitud persecutoria. Los vientos feministas y democráticos contrarrestan a los sectores más retrógrados.
Un método que se extiende
La construcción unitaria que es la Mesa Libertad para Belén y que luego creció en el colectivo Ni Una Menos también, más allá de los trabajosos debates, tuvo su correlato el 24 de Marzo. Junto a organismos de derechos humanos, un espacio similar que nucleó a la izquierda, kirchneristas y peronistas, sindicatos, organizaciones feministas y estudiantiles realizó una gigantesca movilización unificada, de doce cuadras, que incorporó las banderas de Ni Una Menos y absolución ya para Belén.
Como nunca faltan sectarios, el PO, luego de asistir a las reuniones preparatorias, acordar el documento y la marcha, a último momento rompió los acuerdos y el 24 no participó de la movilización unitaria y masiva. Pero la maniobra divisionista le fracasó: a su mini acto aislado ni siquiera fueron sus socios del FIT.
La metodología del movimiento de mujeres, que está en avance, fue clave en este proceso de unidad de acción en la provincia. Estamos orgullosas de haber aportado nuestra organización y experiencia al servicio de esta unidad, imprescindible si queremos impulsar acciones de masas para enfrentar y derrotar al gobierno y al sistema patriarcal y capitalista. Luego del contundente paro mundial de mujeres el 8M, de la absolución de Belén, del 24 de Marzo, nada podrá detener a esta nueva ola feminista que recorre nuestro país y el mundo para seguir la pelea por todos nuestros derechos y por cambios de fondo. Desde el MST y Juntas y a la Izquierda nos sentimos emocionadas y fortalecidas por estos logros.
Como bien dijo Soledad Deza, “Belén sentía que le habían robado la vida y este fallo quizás le permita recuperarla”. Ahora vamos por más: por el juicio político y la destitución de los jueces, fiscales y personal interviniente en su caso, así como por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Lita Alberstein, integrante de la Mesa Libertad para Belén, dirigente del MST y Juntas y a la Izquierda