Ya volvió Macri de su gira oriental, que incluyó Dubai, China y Japón. Desde el gobierno, urgidos por tratar de mostrar algún logro económico antes de las elecciones de agosto, la califican de histórica y exitosa. Como siempre en estos viajes, se vuelve con muchas promesas y poco o nada en concreto. Pero las promesas electorales no pueden esconder que seguimos con alta inflación, salarios retrasados y que más del 30% de la población vive debajo de la línea de pobreza.
El fin de semana Macri volvió de su gira por varios países de Oriente. Por su importancia, China y Japón generaron las mayores expectativas de que vengan nuevas inversiones a nuestro país. Daesde el gobierno, urgidos como están de mostrar algún logro económico antes de que se lance con todo la campaña electoral, lo plantean como “el viaje del siglo”, calificándolo no sólo de exitoso sino de histórico. La realidad, como veremos está muy lejos de estos adjetivos grandilocuentes.
Sin brotes verdes
Más allá de los anuncios gubernamentales referidos a que se acabó la recesión, que se está generando nuevo empleo, que baja la inflación y que se avecina un crecimiento sostenido para los próximos años, el panorama económico actual de la Argentina, que motiva la necesidad de emprender viajes para conseguir inversiones (habida cuenta de que la lluvia de inversiones prometida hace más de un año nunca llegó) es muy complicado para las aspiraciones electorales del gobierno. Es que enfrentados a las promesas y anuncios, están los datos duros de la economía, que nos muestran que el endeudamiento externo se multiplicó, la inflación de marzo fue del 2,6%, abril rondará el 2% y por más que baje no hay forma de que cierre el año entre el 17 y el 20% proyectado en el Presupuesto. Casi el 40% de los argentinos está debajo de la línea de pobreza (si contamos a los trabajadores en negro) y que producto de las políticas aplicadas, la concentración económica aumentó, aumentando también la verdadera brecha que hay en nuestro país que no es la de K o noK sino la de pobres y ricos. Los datos de generación de empleo también son más que dudosos y el parate de la industria y el comercio es sentido por todos. Como siempre, producto de los tarifazos y el alto incremento de precios de los comestibles, los más perjudicados somos los sectores populares.
A todo esto hay que agregarle la crisis política de Brasil, que hizo que nuestro principal socio comercial y donde van más del 50% de nuestras exportaciones se esté derrumbando. Brasil ya venía en recesión en los últimos años, pero este nuevo golpe puede potenciar su recesión, además en lo inmediato hubo devaluación del Real, lo que genera una presión grande para una devaluación del peso argentino también con su consiguiente impacto inflacionario. Salga más lento o más rápido Brasil de esta crisis, lo cierto es que impactará negativamente en nuestra economía.
Cuento chino… y japonés
Consciente de que con la compra de limones por EEUU no solucionaba el mal humor social, Mauricio salió de gira oriental antes de agosto, para ver si lograba traer sino inversiones, por lo menos promesas de tales. El objetivo estaba puesto en China y Japón. Previo a la gira tuvo que jurarle al gobierno chino que no cuestionaría los contratos firmados por Cristina, como el de la Estación Espacial en Neuquén. También, al igual que Cristina, volvió de China anunciando inversiones por 31.000 millones de dólares destinados a refuncionalizar Atucha II, el Ferrocarril San Martín y proyectos de energía hidroeléctrica y solar. Los que recuerden las promesas incumplidas kirchneristas verán en éstas la segunda parte del mismo cuento chino. Pero también japonés, porque después viajó a Japón y de allí, sí se trajo una promesa algo más concreta pero más que modesta: Toyota aumentaría su producción en el país en un 30%, que traducido quiere decir unos 300 puestos de trabajo nuevo (se perdieron cerca de 200.000 con Macri). Todo lo demás también corresponde al terreno de las promesas a las que ya nos tiene acostumbrado, y cansado, el gobierno.
Derrotar este ajuste, imponer otro modelo
El plan hace agua por todos lados: no logró bajar la inflación, ni generar empleo, ni salir de la recesión que nos había metido el kirchnerismo. A pesar del brutal ajuste que hemos recibido, el ministro Arganguren siempre nos recuerda que aún faltan más, de agua, de gas, de GNC, de transporte, etc.
Después de un año y medio, ya todos se dan cuenta que el ajuste no era pasajero, ni necesario para luego salir adelante, como nos dijeron repetidas veces. Solo sirvió para transferirles enormes masas de dinero a los grandes oligarcas del campo y beneficiar a los bancos.
Por eso desde el MST decimos que no vendrán inversiones chinas o japonesas que solucionen nuestra situación. Que la única manera de salir de esta crisis gravísima es poniendo en marcha un Plan Económico totalmente opuesto al actual.
Que para frenar la inflación comience por eliminar el IVA a los productos de consumo masivo y popular y ataque la especulación de los formadores de precio aplicando la Ley de Abastecimiento, entre otras medidas.
Que eleve los salarios, jubilaciones y planes al nivel de la inflación y con actualización trimestral.
Que para enfrentar la recesión y la falta de empleo, ponga en marcha un plan de construcción de viviendas populares y obra pública, prohíba los despidos y se reduzca la jornada laboral a 6 hs. sin disminución del salario.
Que para conseguir los fondos necesarios para aplicar estas medidas ajuste a los de arriba y no, como siempre, a los de abajo. Empezando por no pagar la fraudulenta Deuda Externa de la vieja y de la nueva y ponga en marcha una verdadera reforma tributaria donde paguen más los que más tienen y no los trabajadores y el pueblo, con impuestos progresivos a las grandes ganancias y fortunas.
Un plan económico como éste no lo podrán aplicar nunca ni Macri, ni tampoco el kirchnerismo ni el resto de la oposición. Por eso necesitamos conformar una alternativa unitaria, amplia de toda la izquierda política y social, como la que hemos empezado a concretar con el Nuevo-MAS. Solo un gobierno de los trabajadores y sectores populares podrá llevar adelante un plan económico al servicio de los que menos tienen.
Gerardo Uceda