Se reunió el plenario de la CGT. Cuando arrecian los despidos y comienza la reforma laboral, el triunvirato anunció una marcha recién para el 22/8 y, por supuesto, sin paro. Estos dirigentes no van más. Además del plan de lucha, tenemos que forjar una nueva dirección.
No hubo Confederal. No hubo fumata con los sectores que no entraron en la “reunificación” alrededor del triunvirato. Mucho menos un anuncio de paro. Solo una marcha recién para el día en que cumple un año la mala junta de Daer, Schmid y Acuña. Pese a estar en familia, otra vez recibieron silbidos y abucheos que opacaron las intervenciones de cada triunviro. El fantasma de la rebelión del 6/3 cuando huyeron como rata por tirante está fresco. Ya no les cree ni sectores de la propia tropa. Porque cuando se necesita un verdadero plan de lucha reclamando prohibir los despidos y en rechazo a la reforma laboral, se pintan la cara por un rato con pintura de utilería, preparan otra marchita para descomprimir la bronca acumulada en las bases y… se preparan para concurrir al “diálogo social” que anuncia Macri para después de los comicios.
Macri contra los trabajadores
Salvo Gerardo Martínez, el capitoste de la UOCRA, que se llenó la boca elogiando el “crecimiento sustentable”, se suceden las malas noticias en el terreno de la economía y se sienten en el bolsillo del pueblo trabajador. Al punto tal que el gobierno apela a pirotecnia política, como el show parlamentario de De Vido, para tratar de torcer el rumbo del mal humor social por los despidos, la inflación y los bajos salarios. Parece que la destrucción neta de más de 250.000 puestos de trabajo predominantemente en el sector privado y suspensiones, la rebaja de los presupuestos de los servicios públicos y las paritarias enchalecadas según la pauta salarial oficial, no les alcanza a los dueños del país para seguir garantizando su tasa de ganancia en tiempos de crisis capitalista. Por eso, siguiendo el libreto de la reforma brasileña, han comenzado a implementar la reforma laboral a la criolla. Saben que no hay margen social para una ley ómnibus. No estamos en los noventa. Pero no por ello van a dejar de intentarlo. Para “reducir los costos laborales” van por una reforma en cuotas y ya comenzaron los ensayos.
La hoja de ruta reformista
Francia y Alemania en Europa. Chile, México y ahora Brasil en Latinoamérica. La receta flexibilizadora es hija de la crisis capitalista internacional. Las corporaciones se orientan hacia la mano de obra más barata. Los yanquis quieren recuperar terreno frente a China y los BRICS. Los empresarios locales se quejan de la baja competitividad acá, donde pese a la malaria que sufrimos, los salarios en dólares dicen que son un 40% más que en Chile o un 30% más que en Brasil. El alto costo laboral, la conflictividad, , la presión impositiva (sic) y la falta de “previsibilidad” son las excusas para que no vengan las famosas inversiones mágicas. Por eso han comenzado a meter un debate para preparar el terreno, a pergeñar cambios de leyes y a intentar experiencias piloto de flexibilización en algunos segmentos, siempre con la complicidad de la dirigencia vendida. Los patrones reclaman, además de modificar la ley de inversiones para facilitar sus negocios, lo que llaman la “triple reforma”, configurando una suerte de hoja de ruta. Por un lado la reforma previsional, comenzando por la prolongación de la edad jubilatoria. El titular del ANSES se desbocó en plena campaña mostrando la baraja y lo callaron. Pero fue claro: jubilarse más tarde y cobrar “proporcional” si voluntariamente te querés ir antes. Es decir, vivir para trabajar aumentando el desgaste laboral y arruinando la salud, ganar menos y… del 82% olvidate. En segundo lugar, la reforma impositiva, para que los patrones paguen menos, menos aportes patronales, menos cargas impositivas, a cambio de registrar los trabajadores, por supuesto que precarizados y con condiciones laborales flexibles, es decir mano de obra más barata. En tercer lugar, la reforma laboral propiamente dicha (ver info) que tiene tres ejes: bajar los costos rebajando salarios y flexibilizando los convenios y las condiciones de trabajo en general; reducir la conflictividad criminalizando la protesta, acotando los recursos del fuero laboral y la cobertura por riesgos de trabajo; implementando pasantías y becas, para institucionalizar la precarización sobre todo en los jóvenes, bajo el verso indecente de la “capacitación”.
Hay otra reforma posible
Si la esencia de la reforma macrista, además de expulsar una franja de trabajadores del mercado laboral con despidos, es institucionalizar la precarización laboral en la juventud, prolongar la jornada a 12 hs y rebajar los salarios, nosotros proponemos otra reforma. Que comience prohibiendo por ley los despidos (y suspensiones) y la precarización laboral. Que todos los jóvenes ingresen a planta permanente y efectivos con plenos derechos. Que las empresas abran los libros y y se compruebe su verdadera situación. Si alguna pequeña Pyme demuestra que no puede mantener el personal en blanco, habrá apoyo estatal y créditos blandos. Estamos por la Jornada de 6 hs para repartir el trabajo en toda la mano de obra disponible. Trabajar menos para que trabajen todos Y con un salario de $25.000 de piso. Se puede financiar con la plata que hoy se desperdicia en la sangría de la deuda externa fraudulenta y con una reforma tributaria progresiva, distinta a la que quieren las corporaciones. Para que paguen más los que más tienen.
Nosotros también tenemos una reforma previsional. Pero para reducir la edad jubilatoria, aumentar las jubilaciones e implementar el 82% móvil real. Son las primeras medidas de un programa alternativo que hay que imponer con la lucha. Y que en estas elecciones levantamos desde las listas de Izquierda al Frente.
Por un plan de lucha y una nueva dirección
Los trabajadores no queremos marchas para descomprimir o medidas aisladas. Hay conflictividad de sobra como lo demostraron las grandes marchas que se dieron en marzo, los conflictos que se multiplicaron por el salario y en defensa de la fuente de trabajo, pero falta continuidad y progresividad en las medidas. Hay que seguir reclamando a las centrales. Pero hay que llevar estos debates a las reuniones de activistas, asambleas, plenarios para madurar ese plan de lucha. Al tiempo que apoyamos a los delegados y nuevos dirigentes que surgen desde abajo y le van ganando terreno a la burocracia. Schmid reconoció la bancarrota de esta burocracia: en el plenario: “hoy no hay un dirigente que toque pito y todos se encolumnen”. Nuestra tarea es generar una confluencia de todas las direcciones combativas para poner en pie un polo de referencia para todo lo nuevo, para desalojar a esta burocracia pútrida, para avanzar hacia una nueva central clasista. Lamentablemente el FIT, no estuvo a la altura de las circunstancias y no aportó hacia esta tarea. Desde el MST en Izquierda al Frente, seguiremos llamando a poner en pie ese polo y dar pasos en esta tarea posible y necesaria.
Claves de la reforma laboral macrista
Reducción del costo laboral (léase flexibilización): Moratoria o blanqueo laboral. Reducir las contribuciones patronales y en los aportes sindicales. Revisión de los convenios laborales como ya se hizo con petroleros, capitanes de ultramar, peones rurales, etc. Modernización de los contratos autónomos, monotributistas y los de tiempo parcial. Aumento unilateral de la jornada laboral, pagos por productividad y otras formas de flexibilizar las condiciones de trabajo.
Capacitación (léase precarización): El Gobierno mira el sistema dual alemán, con la intención de acoplar la práctica laboral al sistema educativo. Esto se piensa para los estudiantes, aunque también para otros segmentos. Pasantías y becas. Se creará una agencia de formación tripartita -Estado, sindicatos y empresas-.
Reducción de la conflictividad: Quieren montar trabas a todas las vías de reclamo. Desde restringir los derechos a la protesta hasta acotar el fuero laboral. Pretenden que la nueva ley de ART, que dificulta el acceso a los juicios laborales, sea refrendada en las provincias. También se impulsarán nuevos jueces en los fueros laborales para “equilibrar” la actual jurisprudencia. Habrá cambios en la ley de empleo, para que “los abogados dejen de engrosar los juicios laborales”. Las multas no irán a las partes, sino al sistema previsional.
Guillermo Pacagnini, Candidato a diputado nacional Pcia. de Buenos Aires