El lunes pasado nuestra juventud participó con una combativa columna de la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil que concluyó en Plaza de Mayo. Nuestra posición política y un compromiso: activar ahora y siempre contra esta guerra clasista.
Tantos casos, tantos nombres. Son historias de las víctimas de clase de la represión institucionalizada de este Estado. Desde 1983 son casi 5000 casos registrados de forma independiente. Cambiemos acredita cerca de 300 sólo en 2016. Esto supone un salto de un asesinado cada 28 hs del período 2003 a 2015 a uno cada 25 hs en la actual gestión.
La política punitivista del gobierno de Macri, con su lógica de saturación policial, y más ajuste social implica una casi inexorable consecuencia: más asesinados por las balas o maltratos del aparato represivo.
Toda esta lógica de violencia social, de violencia institucional se sostiene en base a una intensa actividad de acorralamiento mediático que justifica la actuación policial. La estigmatización social de la juventud pobre, del país todo y en particular el Conurbano profundo y el sur de CABA, aísla a ese sector social para someterlo con toda la brutalidad de la represión.
Estos guarismos que registramos son cifras serias, pero aproximadas. Faltan casos, no están todos. Y eso, que no estamos sumando las víctimas que sobreviven. Es una declaración de guerra clasista a la juventud pobre.
El miedo tiene que cambiar de bando
Emociona el movimiento social surgido desde familiares y amigos de lxs pibxs asesinados, haciendo escuela de conciencia, de compromiso. Los que mandan apelan al miedo para disciplinar. Uno de los más potentes historiadores europeos, Fontana, dice que los derechos sociales conquistados en el siglo XX fue el producto del terror de las clases dominantes al avance de las revoluciones. Por eso, dice que la tarea es lograr hoy hacer “cambiar de bando el miedo, y que los que mandan lo tengan”. Nuestro planteo es junto con la continuidad ininterrumpida de la más amplia movilización unitaria junto a familiares por justicia, contra toda impunidad ahora, y por medidas que combinan dos movimientos en simultáneo:
Desmantelar todas las cúpulas y cuadros intermedios del aparato represivo, con cárcel para los involucrados en casos de represión o abuso
Democratizar de abajo/arriba una institución cuya lógica actual, verticaliza el poder de clase de los capitalistas que mandan.
Nuestra propuesta, entonces, es elegir comisarios, jueces y fiscales por voto popular directo; revocabilidad de mandato y rotación periódica de territorio. A la vez, claro, nuestro programa incluye una inversión social inclusiva de los miles de jóvenes que ni estudian ni trabajan, garantizando becas equivalentes al salario mínimo y trabajo sin precarización, con salario acorde al costo de vida. Así, ni represión, ni maltrato. Para esto hay que ocupar el presente, militando en política revolucionaria construyendo el MST por estas banderas. Para tener futuro.
M. R.