El gobierno de Cambiemos puso en debate en CABA una nueva etapa de reforma (anti) educativa. La “Escuela del Futuro” es la superficie de una propuesta que devalúa el proceso educativo para transformarlo en entrenamiento laboral estandarizado para el mercado capitalista. Diagnóstico y propuestas de acción para el movimiento educativo.
En julio de este año la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) entregó al ministro de Economía Dujovne el “Estudio Económico Multidimensional de Argentina”. La OCDE es un organismo multilateral que traza planes imperialistas que definen la orientación económica de países como el nuestro. Ese documento, que se limitó a ser difundido en los suplementos especializados de los grandes diarios, tiene su trascendencia. Se trata de la hoja de ruta explícita que las fracciones dominantes del capital definieron para nuestra región. Lo más relevante que analizamos de ese material de 174 páginas es lo siguiente:
Señala que el 50 por ciento de la población en Argentina es o puede ser pobre y plantea que para sobreponerse se requieren inversiones.
Para lo anterior recomienda eliminar el déficit fiscal con una reforma que exima de impuestos a las corporaciones y deseche “todo escollo restrictivo, regulatorio” que entorpezca la instalación de empresas extranjeras.
Eliminar las tarifas a la importación.
Multiplicar la productividad de la fuerza de trabajo, abaratar las indemnizaciones y reducir las jubilaciones.
Aumentar la edad jubilatoria para darle sustentabilidad al sistema previsional.
En paralelo, la OCDE exige una reconversión educativa en el nivel medio con tres objetivos declarados en el “paper”:
- Capacitación para acceder a los llamados “nuevos empleos”.
- Adecuación curricular al mercado laboral.
- Impulsar el “emprendedurismo” (esto es textual).
Por lo tanto, la “Escuela del Futuro” que Larreta instaló en el debate de CABA, tiene ese marco global.
La educación como campo de entrenamiento laboral capitalista
Es decisivo, para organizar una respuesta de lucha consistente, empezar por entender bien, qué plataforma programática estamos enfrentando. La reforma educativa de la “escuela del futuro” tiene una estrategia: estandarizar y precarizar el proceso educativo para sintonizar con la reforma de las condiciones laborales para bajar el precio de la fuerza de trabajo y aumentar la productividad global. El objetivo del capital es recuperar tasa de ganancia a mediano plazo para un ciclo de expansión que relance la economía en crisis desde 2008. Es una perspectiva capitalista en el orden internacional.
En los primeros borradores a los que pudimos acceder, en medio de ambigüedades, sobresalen las siguientes cuestiones:
Divide en 2 ciclos de 2 años cada uno y un último año muy particular. Cada ciclo tiene una terminalidad que estimula la deserción en los primeros años disimulada con un título intermedio de bajísima calificación.
Los contenidos de 15 materias son disueltos en 3 áreas muy generales, lo cual presumiblemente, prepara una eliminación de asignaturas como la Nueva Escuela Secundaria del 2013 que al amparo de la Ley Nacional Educativa de Filmus, liquidó 40 orientaciones en CABA.
Plantea transformar el 5° año con un 50 % de orientación “vinculada a los intereses de cada alumno” y el otro 50 % “destinado al desarrollo de habilidades y proyectos relacionados al emprendedurismo”. Habilita pasantías en empresas gratis o cuasi, para reemplazar obreros/as de convenio.
Anticipa un ataque al Estatuto Docente ya que solo el 30 % del tiempo de formación en aula estará a cargo de docentes y el resto de “facilitadores” que podrían ser incluso, formas online de educación a distancia. Violencia laboral y precarización del proceso pedagógico matando la interacción personal y colectiva del proceso educativo in situ.
En definitiva: se trata de una reforma que busca sintonizar la formación en la escuela media con las reformas estructurales en las condiciones laborales y limitar la formación a producir engranajes rutinarios de la producción capitalista. Este plan en simultáneo a la misma orientación para la educación superior con el modelo Bolonia como referencia. Es la misma matriz.
Democratizar para revolucionar
El macrismo ya acusó recibo del ascendente movimiento educativo que tiene al estudiantado como animador central con casi 20 colegios tomados en CABA. Por eso, desde el Ministerio se opera con boletines oficiales que buscan atemperar la reacción creciente relativizando esto que estamos denunciando. Conscientes de las limitaciones de la conducción de UTE y los debates que existen al interior de ADEMYS entre el FIT y nuestra corriente, al igual que la lucha política que también cruza al movimiento secundario; nuestro propósito inmediato es inequívoco: contribuir al más amplio frente único en defensa de la educación pública en rechazo a esta reforma (anti) educativa capitalista. Es crucial la respuesta de conjunto de docentes, estudiantes y la comunidad entera para sostener una relación de fuerzas que derrote las maniobras de Cambiemos.
Obviamente, le oponemos a esta adecuación mercantilista de la educación un modelo con una estrategia antagónica: fortalecer el conocimiento crítico, la formación integral, humanista, emancipadora, fomentar la construcción horizontal y colectiva del proceso pedagógico con la perspectiva puesta en un modelo social no centrado en el beneficio privado sino en la garantía de derechos mayoritarios. Es clave debatir una hoja de ruta alternativa al capitalismo educativo.
Y un aspecto crucial. El capitalismo en todos los órdenes avanza confiscando derechos. En particular, usurpa la democracia, el derecho a decidir y profundiza el autoritarismo para garantizar cambios rápidos, al ritmo de la ley del beneficio económico y sus urgencias.
Nosotrxs le oponemos un paradigma alternativo: democratizar todo y en esto incluimos la educación. Nuestra propuesta es que los verdaderxs protagonistas del proceso educativo -toda la comunidad- decidamos de abajo hacia arriba con un Congreso Nacional Pedagógico. Sin la injerencia de tecnócratas ni CEO’s. Es el pre-requisito para reorganizar, dar vuelta y revolucionar la educación.
En lo inmediato, sin embargo, lo urgente implica apoyar incondicionalmente las tomas de colegios y rodear con fuerza ese proceso preparando una gran movilización para el próximo aniversario de La Noche de los Lápices, impulsando que todas las escuelas se pronuncien contra la reforma y proponer un plan de lucha conjunto a la docencia para clausurar definitivamente el paso al macrismo mercantilizador en nuestra educación.
Mariano Rosa, Coordinador de la Juventud Socialista
Vanesa Gagliardi, Secretaria Gremial ADEMYS