Los dirigentes cegetistas siguen demostrando que tienen el mandato más que vencido. Postergaron el confederal y entraron con armas y bagajes en la tregua que necesita el gobierno. Le allanan el camino al ajuste y la reforma laboral.
Si algún desprevenido tenía alguna leve expectativa sobre la convocatoria al Confederal anunciado por Schmidt en la Plaza para el 25 y que allí se convocara a un paro, los hechos se han encargado de sepultar esa posibilidad. El Confederal fue postergado en principio para el 3/10 . Salvo el moyanismo y la Corriente Federal que siguen posando de críticos pero sin abandonar el diálogo y con el poder de fuego reducido, todas las demás facciones, los Gordos, los “independientes”, los del MASA… corrieron como corderitos asustados a reunirse con Triaca. Hubo un récord de reuniones en pocos días.
Sepultando el paro
“No es momento de hacer un paro general”, dijo Andrés Rodríguez. “Salimos del acto de Plaza de Mayo peor que como llegamos. Hay que repensar la manera de actuar y de organizarnos. La nueva estrategia no pasa por hacer protestas”, espetó Daer. A confesión de parte…
El colmo fue que UPCN puso su sede como lugar para negociar la reforma laboral. Una vergüenza… anunciada por cierto.
Triaca declaró muy suelto de cuerpo que hablaron de blanqueo laboral y de la urgencia en profundizar el proceso flexibilizador. Dice que no sería con una ley sino con acuerdos sectoriales. La fórmula es la que se empezó a aplicar con los petroleros de Vaca Muerta, Capitanes de Ultramar y peones rurales. Ahora con los obreros navales. Se trata de modificar, a la baja por cierto, los convenios laborales. Quieren avanzar en la reducción de cargas patronales y lo que llaman la “eliminación de rigideces normativas”… léase la eliminación de conquistas laborales que los trabajadores obtuvimos con el esfuerzo de la lucha.
¿Y los disidentes?
Han trascendido diversas reuniones informales entre dirigentes del moyanismo con Palazzo y la Corriente Federal. Hubo especulaciones sobre una reedición de una confluencia de disidentes tipo el Movimiento de Trabajadores Argentinos que lideró Moyano cuando Menem era presidente en los 90. También hubo contactos con sectores de las CTA. Todos hablan del paro nacional, pero no se dan pasos en concreto. Tanto en el oficialismo cegetista como en los disidentes, las elecciones de octubre y los realineamientos en función de las diversas listas pejotistas los tienen más ocupados que la organización de la lucha ante la ofensiva antiobrera del gobierno macrista.
La necesidad de agrupar al sindicalismo antiburocrático
Necesitamos poner en pie una fuerte campaña con la mayor unidad de acción contra la reforma laboral y previsional y para pararle la mano al ajuste de Macri y los gobernadores. Hay que seguir reclamando el paro y el plan de lucha que hacen falta. Pero tenemos que tomar en nuestras manos su discusión y preparación desde los lugares de trabajo y gremios. Porque cada vez queda más en claro que no será con estos dirigentes traidores que vamos a avanzar. Son una traba absoluta para que avance la movilización. En las luchas y en la base de numerospos gremios está surgiendo un nuevo activismo. La izquierda ha ganado peso el proceso de recambio sindical. En cuerpos de delegados, internas y también conducciones de sindicatos.
Se podría dar un primer gran paso si agrupáramos al sindicalismo combativo y clasista. Predisposición a luchar sobra en la clase obrera, lo que falta es una referencia de dirección. En la izquierda ningún sector por su cuenta podría jugar ese rol, pero si reunieramos las distintas corrientes en un espacio, movimiento o plenario común, serviría como un fuerte polo de atracción para las innumerables comisiones, delegados y activistas clasistas que hay, y nos ubicaríamos como alternativa a los dirigentes de la tregua. Lamentablemente no se avanza en este sentido, por la negativa de los sectores referenciados en los partidos del FIT, que tienen una responsabilidad en la fragmentación existente. Vencer ese obstáculo sería un gran paso hacia una nueva dirección combativa, democrática y clasista. Sería un impulso importante para los nuevos dirigentes de base, para potenciar nuevas y unitarias listas de oposición, para fortalecer las luchas. Para ello trabajamos desde nuestras agrupaciones de la Corriente Sindical del MST.
Guillermo Pacagnini