El pasado 10 de septiembre recibimos la triste noticia del fallecimiento de nuestro compañero Ernesto Vaca, «El Viejo» como siempre le dijimos. Fiel a su estilo la peleó hasta el final. Pero esta vez su corazón dijo basta.
De Tafí Viejo al Cordobazo
Cuando llegó a Córdoba, venía de participar en Tafí Viejo de las huelgas ferroviarias de finales de los ‘50. Llegó con el plan de estudiar medicina pero rápidamente se contagió de la atmósfera convulsionada de aquellos años, abandonó la universidad para proletarizarse. Desde ese momento, su historia estaría unida a la de la clase obrera cordobesa.
Siempre buscó organizarse y militar, su principal preocupación fue ligarse con las masas para que algún día gobernara la clase obrera.
De su condición obrera y la relación con los trabajadores ferroviarios, con los que militó durante la resistencia peronista, heredó una frase que fue transformándose en humorada y que él repetía a la hora de cada brindis: «¡Viva Perón, muera la policía!».
Militante, obrero y morenista
Luego vinieron años de militancia en la clandestinidad, acogimiento de compañeros en su casa y exilios. En los ‘80 se sumó a la construcción de nuestra corriente, en aquel momento al viejo MAS y luego al MST al que ayudó a construir hasta sus últimos días.
El Viejo fue un luchador obrero que fue delegado y miembro de la Comisión Directiva de su sindicato, el SIPOS (Sindicato del Personal de Obras Sanitarias) en reiteradas ocasiones. Fue vanguardia en la lucha contra la privatización de la empresa estatal durante la oleada privatista de los ‘90. Con su bolsito lleno de periódicos que distribuía entre sus compañeros de trabajo, construyó el partido en el gremio y en su querido barrio Patricios.
Defender la alegría
Seguramente hay mucho más que recordar, reivindicar e imitar del viejo Vaca. Siempre fue inmensamente generoso para compartir su experiencia con los más jóvenes. Y quienes tuvimos el honor de conocerlo y compartir la militancia, tenemos la responsabilidad de tomar su historia como ejemplo.
Y a pesar de la tristeza, es imposible no recordarlo con una sonrisa. Porque el viejo contagiaba alegría, siempre tenía un chiste o una anécdota para compartir y alegrarnos.
Tu abnegación, solidaridad y alegría, son un orgullo que nos va acompañar siempre, viejo querido.
Compañero Ernesto Vaca ¡Hasta el socialismo siempre!
Regional Córdoba