Ante el inminente triunfo de Cambiemos en las elecciones legislativas del 22 de octubre, y la probable derrota de Cristina Kirchner en Buenos Aires, el Partido Justicialista se apresura a delinear una estrategia para poner en pie un bloque «opositor» unificado. Dicha estrategia es encabezada por el jefe del bloque del FPV en el Senado Miguel Pichetto, y tiene como objetivo central aislar al kirchnerismo y postularse como oposición fuerte pero «constructiva».
El despacho de Pichetto oficia de cuartel general de la confluencia peronista. El jueves 4 de octubre transcurrió una primera cumbre con el gobernador riojano Sergio Casas, el senador Juan Manuel Abal Medina, que es candidato a diputado de Florencio Randazzo, y sus pares José Alperovich (Tucumán) e Hilda Aguirre (La Rioja), además de los diputados Diego Bossio, Oscar Romero, Luis Beder Herrera y Pablo Kosiner, del Bloque Justicialista.
El plan es construir un bloque unificado en Diputados, como el que encabeza Pichetto en el Senado, incluso avanzando hacia interbloques con el massismo, y constituir junto a los gobernadores peronistas una fuerte oposición al gobierno, que se mostraría días después de las elecciones en una reunión con todos… menos el kirchnerismo. La fuerza que buscan acumular, sin embargo, no pretende pararle la mano al plan de ajuste macrista, sino negociar el contenido y el rítmo de ese plan en mejores condiciones.
«La idea es acordar posturas comunes para debatir las leyes económicas y el presupuesto con una premisa clara: cuidar los fondos de las provincias», admitió uno de los presentes a un diario nacional.
El 5 de octubre Pichetto recibió al triunvirato de la CGT. ¿Qué exigieron los «representantes» del movimiento obrero para sumarse a la confluencia? ¿Oponerse a la reforma laboral que pretende impulsar Macri después de las elecciones? No. Un compromiso de que tal reforma sea acordada con la central antes de ser aprobada en el Congreso.
Mientras Cristina polariza con Macri en la campaña, su partido prepara la oposición «constructiva». Para muchos que acompañaron al kirchnerismo y se ilusionaron con un retorno de Crisitina, este 22 de octubre es un punto de inflexión. Ella va a ser senadora, pero de un bloque que no pretende siquiera intentar enfrentarse a la derecha macrista. El intento de transformar el PJ desde adentro en un sentido progresivo ha fracazado una vez más.
Enfrentar a Macri y frenar su plan de ajuste requiere una confluencia de fuerzas muy distinta a la que se se prepara en el despacho de Pichetto. Requiere construir la unidad de quienes nos venimos encontrando en las calles contra el pago a los buitres, contra los desdipdos, los tarifazos y el ajuste, contra el 2×1, por la parición de Santiago Maldonado. Requiere que construyamos una alternativa política propia, por fuera del aparato podrido del PJ. Y requiere que este 22 no busquemos las boletas del PJ, sino las de la izquierda, en el cuarto oscuro.
Federico Moreno