Trago amargo. Los resultados de la elecciones del 22 de octubre volvieron a fortalecer nacionalmente a Cambiemos. Están en mejores condiciones para enfrentar la coyuntura y piensan en la reeleccaión en 2019. Incluso posicionaron como presidenciable a María Eugenia Vidal. Este fortalecimiento por arriba es el que intentarán trasladar a la lucha de clases, para que el pueblo trabajador pague los platos rotos de la crisis económica. No por cantada, deja de ser una victoria que amarga.
Ni cabida. Aunque amplios sectores de la sociedad tienen expectativas en un proyecto con reaccionarios como Macri, Carrió, Bullrich, los CEO y otros; no compartimos el apoyo que le brindaron. Estos personajes son la transmisión en directo de la nueva derecha, caracterizada por la falta de respeto a los trabajadores y a los más humildes. También por el desprecio a la vida y la justicia para los que luchan y son solidarios, como lo fue Santiago Maldonado.
Lo que se viene, ya llegó. Apenas unas horas después de los comicios las naftas aumentaron entre el 9,5 y el 12%. Es el tercer incremento en lo que va del 2017 que, como de costumbre, se trasladará a los precios generales. Pero hay más noticias mala onda. Ya anunciaron que durante el 2018 asumirán mayor deuda que hasta el momento: se emitirá por 20 mil millones de dólares, más intereses y amortizaciones. Para sostener la economía actual están hipotecando el bienestar del país por décadas.
No pierden tiempo. Macri está cocinando una convocatoria al Gran Acuerdo Nacional. Sueña con la gran foto junto a sus cómplices. Llamaría a gobernadores, legisladores, sindicalistas, representantes de la justicia y otros chupamedias. Necesita apoyo a las reformas tributarias, educativas, fiscales y políticas que tiene en carpeta. También para la reforma laboral, aunque ésta ya la negocia con la burocracia sindical, a cambio de concesiones y privilegios. El triunfo lo mostrará magnánimo…con los ricos y los grandes empresarios. Para los de abajo se viene un fuerte ajuste.
Con aviso. En su discurso post electoral Macri expresó: “Entramos en una etapa de reformismo permanente.” “Este es un camino largo, nadie nos va a regalar nada.” “… Nos lleva a una sociedad más justa, a un país que se basa en la cultura del trabajo.” Es decir: viene por las conquistas obreras, estudiantiles, educativas y sociales que quedan. El patrón acomodado que nunca laburó, alerta que la cosa va a ser dura por muchos años y hay que aguantársela. Habrá que bancar los trapos.
Rumbo fijado. Reformas y ajuste tendrán un ritmo más o menos lento, ya que ahora ganaron tiempos políticos. Podrán ser por lugar o por sector. Encontrarán resistencia o traiciones. Pero que se vienen, se vienen. Como en la Argentina siempre hay oscilaciones políticas extremas y, fundamentalmente, reservas de lucha, nadie puede afirmar que ya esté dicha la última palabra. Dependerá del resultado de la lucha de clases. Y de la extensión del surgimiento de nuevos dirigentes sindicales y políticos combativos, democráticos y de izquierda; independientes del PJ-FPV-CORRUPTOS y de todas las variantes patronales.
Como siempre. Desde el MST en Izquierda al Frente seguiremos llamando a la más amplia unidad de acción en las luchas, en las calles y en la movilización. Lo ratificamos orgullosamente impulsando las movilizaciones por Santiago Maldonado, como debe hacer un partido de izquierda. Mientras tanto, otros repartían boletas o se escondían abajo de la cama. No a las reformas reaccionarias y al ajuste de Macri, fuera Bullrich, castigo a los responsables de la muerte de Santiago, son nuestros planteos inmediatos. Sumate al MST y peleemos juntos por una salida de fondo, anticapitalista y por el socialismo con democracia.