Muy lejos de las estrofas más combativas de la marcha peronista, las distintas alas del PJ hacen fila para colaborar con el plan macrista de contrarreformas. Como señala Carlos Pagni en La Nación: «Cuanto más incierta aparece para ellos la reconquista del poder en 2019, los gobernadores y sindicalistas del PJ se vuelven más cooperativos con el gobierno nacional. Su prioridad no es la competencia con Cambiemos, sino la supervivencia administrativa.»
Los muchachos peronistas, cómplices privilegiados de la avanzada neoliberal.
Los resultados electorales fueron un mazazo para el PJ, que profundizó su división en múltiples tendencias. Esta situación no puede compararse con ninguna del pasado cercano y cuesta encontrar similitudes con el pasado del poderoso Partido Justicialista.
Gobernadores, intendentes, senadores y diputados, burócratas sindicales y dirigentes «internos» tiran de la madeja entre el recambio y la continuidad, cada uno para sostener sus intereses y privilegios convencidos de que, al menos por ahora, solo pueden lograrlo negociando con Cambiemos.
Salvo Rodríguez Saá firmaron la reforma previsional todos los gobernadores, lo que significa comprometerse a aplicar un ajuste brutal en sus provincias. Apenas con algunos pequeños chispazos firmaron la reforma laboral los burócratas de la CGT, que retrotrae los derechos laborales un siglo atrás. Pichetto aplaudió ambas medidas desde el Senado y ya se prepara una conformación «nueva» en Diputados, reflejando la derrota política del kirchnerismo y la luna de miel con el oficialismo.
Mientras se libra la batalla por la conducción partidaria y la estrategia de reconstituir liderazgos, casi lo único que comparten la mayoría de los pejotistas es el acompañamiento a Macri y su plan.
Tibiamente, algunas alas del peronismo esbozan críticas y llaman a resistir, pero sin plantear medidas concretas o priorizando el parlamentarismo estéril. Cristina lidera esta línea dura de Twitter, que fustiga al gobierno por las redes sociales mientras su cuñada Alicia viaja por Europa (en su provincia los estatales cobran los sueldos en tres tristes tramos) y su vicegobernador firma la reforma macrista.
En el sindicalismo, el sector de la Corriente Federal liderada por Palazzo se ha pronunciado por la convocatoria a movilizar contra la reforma laboral y previsional y sumó en los últimos días el apoyo de Pablo Moyano. Si se concreta esa movilización podría ser importante, más aún si se articula con las CTA’s, la izquierda y los movimientos sociales. Pero sin poner en pie un plan de lucha, construido unitaria y democráticamente entre lxs trabajadorxs públicos y privados con asambleas y plenarios conjuntos difícilmente se pase de alguna acción aislada.
La coyuntura política muestra que nada bueno para el pueblo trabajador puede venir del viejo PJ: o apoyan el ajuste de Macri o, si lo critican, es por internet.
Ante esta realidad es imprescindible superar esa vieja y fatal idea de que el «peronismo» representa a los trabajadores. Los trabajadores necesitamos avanzar en construir nuestra propia herramienta en contra de los dirigentes vendidos y los caudillos de escritorio. Si no, sobre nuestras espaldas caerá todo el peso del ajuste. Desde el MST en Izquierda al Frente reiteramos nuestro llamado a consolidar una poderosa herramienta política que, partiendo de enfrentar el ajuste macrista, se proponga superarlo poniendo en pie un programa económico alternativo y anticapitalista.
Martín Carcione