Presionada por el descontento de las bases, la CGT pactó con el gobierno algunos cambios a la brutal reforma laboral. Con esos leves retoques intentan contener la bronca, confundir y desarmar a los trabajadores frente a la ofensiva macrista. Su rol es el de siempre: aliados claves del gobierno de turno y sus planes patronales.Presionada por el descontento de las bases, la CGT pactó con el gobierno algunos cambios a la brutal reforma laboral.
Con esos leves retoques intentan contener la bronca, confundir y desarmar a los trabajadores frente a la ofensiva macrista. Su rol es el de siempre: aliados claves del gobierno de turno y sus planes patronales.En la Rural, en la 4ª Conferencia Mundial sobre trabajo infantil, el ministro Triaca y los jefes cegetistas Daer, Schmid y Acuña pactaron una adecuación táctica de la brutal reforma laboral que exigen la burguesía y el FMI. Como la caldera social empezó a subir la temperatura, la burocracia sindical y el gobierno coincidieron en mejorar algunos puntos “sensibles” del proyecto de reforma para lograr que salga este año y les permita un marco jurídico más favorable. Total después pueden seguir la entrega lugar por lugar y así también le permiten a cada jeque sindical negociar su partecita de la entrega de los trabajadores.Las principales “modificaciones” que la burocracia y Triaca pactaron son:
- Banco de horas: las compensaciones por horas extras y trabajos en feriados o días no laborables se tratarán más adelante, metiendo así la reforma en cada convenio.
- Indemnizaciones: amplía un poco la base salarial pero quedan excluidos los beneficios extraordinarios, así como el uso de auto, cochera, celular o viáticos, entre otros.
- Solidaridad: se alcanzó una tregua al establecer que “el tercerizado” no puede percibir menos salario que el de la actividad principal.
- Fondo de cese laboral: acordaron que se determinará caso por caso en los convenios colectivos. La intención oficial es replicar el ejemplo UOCRA, que tiene un “fondo de cese” debido a la poca estabilidad del sector. Gastronómicos, el gremio de Luis Barrionuevo, es uno de los que evalúan incluir esta figura en su próxima negociación.
Lo que dejaron intacto
- El capítulo sobre blanqueo laboral, quitando multas a los empresarios y limitando a cinco años el pago de contribuciones.
- La inclusión de la figura jurídica de prácticas formativas, manera elegante de llamar a las pasantías.
- El artículo sobre contribuciones patronales virtualmente se eliminó, pero se lo derivó a lo que determine el proyecto de reforma fiscal.
- La creación de un Agencia de Evaluación de Tecnología de Salud, a fin de reducir el nivel de “litigiosidad” contra las obras sociales.
- Dejan casi intacta la modificación del principio de irrenunciabilidad.
- Los gremios se comprometieron a “colaborar” para que las provincias adhieran a la nueva ley de ART.
Si esta reforma pasa, lxs trabajadores vamos a estar peor. No hay que comparar el proyecto de reforma y los puntos cambiados, como plantea la burocracia para lavarse la cara. Lo que hay que comparar es el marco jurídico actual al retroceso que pretenden el gobierno, las patronales y la burocracia de la CGT.
Lo que se viene
Triaca planifica las paritarias sobre dos ejes. Uno es el salarial, cuya pauta de referencia será un 15,7%. El otro eje girará en torno a los cambios al convenio. Con aval de la burocracia, hasta hace poco el gobierno exhibía dos acuerdos tipo: el firmado con Petroleros en Vaca Muerta (baja de aportes patronales por viáticos y redistribución de tareas del personal, entre varias cosas) y el de los lecheros de ATILRA, a partir del derrumbe de SanCor (baja de aportes patronales a la obra social).
Ahora sumó al listado el acuerdo alcanzado con la UOM fueguina, que pactó con los empresarios congelar los salarios por dos años a cambio de que no haya despidos. Hubo una salida similar en el gremio de capitanes de ultramar (jerárquicos), cuyo jefe, Marcos Castro, ofreció hasta una reducción de sueldo para “mantener” la actividad.
Si bien la presión de las bases logran que la burocracia tenga que barnizar la reforma, esto no quita su función estratégica. Es por ello que para poder derrotar la reforma laboral es necesario un plan de lucha. Dicho plan de lucha solo puede ser efectivo si en primer término logra un amplio arco de unidad de todos los sectores que quieran combatirlo, pero simultáneamente, con la construcción de una herramienta sindical que forjada al calor de la lucha sea fundada sobre bases opuestas al del modelo sindical imperante.
Estamos transitando un momento político en donde el ataque hacia los trabajadores requerirá de esta nueva herramienta y por ello mismo será posible empezarla a poner en pie.
Si bien la presión de las bases logran que la burocracia tenga que barnizar la reforma, esto no quita su función estratégica. Es por ello que para poder derrotar la reforma laboral es necesario un plan de lucha. Dicho plan de lucha solo puede ser efectivo si en primer término logra un amplio arco de unidad de todos los sectores que quieran combatirlo, pero simultáneamente, con la construcción de una herramienta sindical que forjada al calor de la lucha sea fundada sobre bases opuestas al del modelo sindical imperante.
Estamos transitando un momento político en donde el ataque hacia los trabajadores requerirá de esta nueva herramienta y por ello mismo será posible empezarla a poner en pie.
En resumen, la reforma sigue siendo una porquería. Ahora la tarea es la unidad para enfrentarla, mientras seguimos construyendo una alternativa sindical democrática, antiburocrática y combativa.
Vanesa López y César Latorre