Dijimos que con Macri venían a transformar la educación estatal en área de negocios y a poner al docente en el centro de su contrarreforma. 2017 lo confirmó y detonó el mayor conflicto en décadas. Un balance con perspectiva 2018.
El 2017 fue un año en que la escuela estatal estuvo en peligro. Y la docencia, junto a la comunidad educativa, dimos una dura pelea por defenderla. Los embates de Macri tuvieron el aval de los gobernadores, expresado en las resoluciones del Consejo Federal de Educación.
En 2016 el macrismo fue armando una estructura normativa con los lineamientos de su ajuste educativo, en consonancia con el Banco Mundial y la OCDE. En 2017 se propone avanzar en saquear, para beneficio de las corporaciones, las áreas y recursos en manos del Estado, como la educación estatal.
Introducen fundaciones, ONGs y corporaciones empresarias en escuelas bonaerenses, de la Ciudad y otras provincias. Habilitan el ingreso de gigantes tecnológicos como Google, Microsoft o Facebook, preparando el asalto a áreas educativas para cerrar aulas y establecimientos reales por el “aula virtual”.
Cuestión acorde a la visión que cuestiona el aula como espacio educativo para apuntar a reemplazar docentes y escuelas con plataformas tecnológicas. La designación de Sánchez Zinny, un lobista del sector como Director de Educación bonaerense; el lanzamiento de la plataforma “Adultos 3.0”; junto a la Resolución 1657/17 que ataca la Educación de Adultos, son una muestra.
A su vez, al no poder “vender colegios”, en 2017 el PRO profundiza el trabajo de pinzas sobre la escuela estatal al aumentar considerablemente los subsidios a empresas e iglesias, mientras reduce los presupuestos educativos bonaerense y porteño, los que concentran el 43,5% del alumnado del país.
Provincializar salarios y nacionalizar los cambios al Estatuto
En 2017 el macrismo buscó también liquidar la paritaria nacional docente e imponer salarios a la baja en las provincias. Así Macri quiere evitar tener que acordar con la burocracia un porcentaje de aumento del piso salarial.
Evita también discutir cuánto destinará para aumentar el Incentivo como sí tuvo que hacer en 2016. Y establece la eliminación gradual el Fondo Compensador (art. 9º) con el que la Nación auxilia a las provincias que no llegan al piso. Junto al reclamo de nueva ley de Financiamiento Educativo, estos fueron los puntos por los que la Celeste de CTERA y los gremios docentes de la CGT lanzaron el conflicto en 2017. El mayor en décadas.
Así Macri apunta a “provincializar” salarios, pero quiere “nacionalizar” la reforma del Estatuto Docente al sistematizar toda la normativa PRO en un proyecto de ley: el Plan Maestr@. Que se plantea cambiar la escala salarial, la estabilidad y la propia carrera docente (pág. 26 y 50), es decir, avanzar en un nuevo Estatuto. Ya que las partidas salariales absorben el 85 a 90% o más de los presupuestos educativos.
La política burocrática de “cogestión”
Al servicio de esa reforma de la carrera docente, en 2017 el macrismo y los gobernadores, profundizan el formato evaluador con los operativos “Enseñar” y “Aprender”. Como en 2016, las corrientes reformistas y, por lo tanto, burocráticas como la Celeste de CTERA y de los gremios de la CGT los rechazan “de palabra”.
Se reitera así la decisión burocrática de querer gerenciar y consensuar el ajuste macrista, antes que derrotarlo. Eso lo explica una coincidencia más “ideológica”, pro-sistema de la burocracia al avalar la orientación privatista y de flexibilidad salarial o de financiamiento educativo por fuera del presupuesto que sostuvo la Celeste y las conducciones de la CGT al ubicarse como “oficialistas” y defensoras del paquete de leyes “educativas” de los Kirchner. Es que su proyecto político-educativo no excede los marcos del sistema capitalista.
2017 a la vanguardia: 14 paros nacionales docentes
Cuando llamamos a rechazar el Aprender 2017 fue en un momento abierto tras el desenlace negativo de la histórica huelga docente de marzo, con sus 11 paros nacionales y la multitudinaria Marcha Federal Educativa, tras la cual las conducciones de CTERA, la CTA y los gremios docentes de la CGT levantan el conflicto sin las reivindicaciones planteadas.
Se dejaron aisladas y libradas a su suerte a las luchas provinciales, entre ellas la bonaerense con 17 días de paro y Santa Cruz que se extendió por más de 100 días u otras en Chaco o Misiones. En ese marco, la claudicación de la Celeste de UTE en 2017 abrió las puertas a imponer otro mísero aumento y lanzar su engendro de “Secundaria del Futuro” que la Celeste tampoco enfrentó. Aunque quedara en suspenso, pero por la lucha de estudiantes, docentes y la oposición de Ademys.
Esta nueva realidad llevó a un proceso electoral sin grandes luchas nacionales, luego del pico de conflicto alcanzado en marzo, con hitos de altísima movilización y apoyo social. Parece una eternidad, pero eso fue hace unos meses.
Eso tuvo consecuencias y afectó el proceso de avance en el recambio de dirección de los gremios -en particular SUTEBA y luego en CTERA- que tuvo un reflujo. Además de generar las condiciones para que Cambiemos encaminara a lo electoral, sin conflictos.
El gobierno pudo retomar la ofensiva con medidas “educativas” como la reforma en Media, no sólo en la Ciudad con la mal llamada “Secundaria del Futuro”, sino con la Secundaria 2030 que se aprobó por unanimidad el 6 de diciembre en el Consejo Federal de Educación. Además del ataque a los Institutos de Formación Docente en Jujuy y la Ciudad con la “universidad para docentes”.
Esto realza el valor del accionar de los sectores opositores al plan de Cambiemos y lxs gobernadores. Tanto en impulsar el rechazo al “Aprender” y “Enseñar” 2017 como en retomar la lucha nacionalmente. La derrota del conflicto de marzo no implicó un golpe que cambiara la relación de fuerzas. Si bien empantanó la lucha, en noviembre y diciembre se retomaría con 3 nuevos paros nacionales llamados por CTERA y una jornada de alcance nacional convocada por la Federación Docente, gremios y seccionales de oposición el 7 de noviembre.
¿Quién decide los cambios en educación ?
Ante el autoritarismo del sistema educativo y el falso planteo del ministro Finocchiaro –que antes hiciera Bullrich- de que se entregó el gobierno de la educación “a los gremios” para justificar la creciente concentración de las decisiones en materia educativa, debemos impulsar su democratización.
Así lo expresamos en la Federación Nacional Docente al plantear como resolución de su Congreso: “La participación efectiva en el gobierno, el planeamiento, la puesta en marcha, el balance y la readecuación de toda la política educativa” (Política Gremial).
Por eso y ante el avance normativo oficial, debemos valorar, debatir y hacer carne en cada escuela, seccional o sindicato, la propuesta de impulsar un Congreso Pedagógico Nacional para que los cambios en la educación los debatamos y resolvamos los docentes y la comunidad educativa, no los gobiernos, las iglesias, los empresarios y organismos internacionales.
También se plantea la necesidad de convocar a un Encuentro Nacional de todos los sectores del gremialismo docente en febrero. Para delinear una postura común ante las próximas paritarias en donde Macri ha pedido a los gobernadores ir a la baja en cuanto al salario, los presupuestos, designación de cargos y otras demandas básicas de la escuela pública.
Francisco Torres
Sec. Gremial de la FND
Federación Nacional Docente