Llegando al final de 2017 el clima político y social subió de temperatura. Venimos de movilizaciones que fueron creciendo en número e importancia política, contra las reformas macristas. Escribimos este artículo con el ruido de las cacerolas que volvieron a retumbar en CABA, el Gran Buenos Aires y en otras ciudades del país, preanunciando una perspectiva de mayor conflictividad social y, posiblemente, de retorno de los métodos con el cual lxs trabajadorxs y la juventud, hicimos historia en el 2001. Esta situación le deja como balance de fin de año, una fuerte preocupación a la burguesía, al régimen y a su fuerza política gobernante. Salieron del 22 de octubre triunfantes y en dos meses todo se les fue complicando. En el horizonte no ven tranquilidad sino nuevas tensiones sociales. Pensando en esa perspectiva, desde la izquierda tenemos que reflexionar sobre lo que pasó y repensar acerca de lo que viene. Porque en la realidad de la izquierda, tomada de conjunto, se combinan dos cosas centrales: un fuerte protagonismo en la calle estando en la primera línea en las jornadas frente al Congreso, con una muy débil representación política dentro del Parlamento, que expresa que aún no somos alternativa para millones. El desafío hacia delante es superar ese estadio, para transformarnos en una opción política de poder, apoyados en la movilización obrera, popular y de la juventud.
Para esto se requiere terminar con las lógicas sectarias del FIT que dividen a la izquierda, porque se ha venido contentando desde una visión electoralista, con mantener un par de diputados nacionales y en algunas provincias, como si eso fuera un fin en sí mismo. En vez de pelear por un salto muy superior, que no se dará nunca en el escenario actual de división de dos frentes y con el FIT boicoteando la unidad necesaria. Nuestro partido propuso reiteradas veces superar esta división, mediante un acuerdo político y programático que dé paso a una gran unidad de toda la izquierda. Que sea útil para una intervención común en la lucha de clases y sirva en el plano político-electoral para avanzar cualitativamente en la representación parlamentaria de la izquierda ¡Cuánto más visible hubiéramos sido si en la crisis de esta semana hubiéramos tenido 10 o 20 diputados de izquierda! ¡Y toda esa fuerza se la usara coordinadamente con la lucha en la calle! Esto no pasó por la reiterada negativa del FIT a la unidad política y a la unidad en la lucha. Desde el MST les propusimos ir juntos con todo el clasismo a las concentraciones frente al Congreso, y una vez más lo rechazaron. Lo cual evitó que podamos intervenir con una estrategia común frente a la represión y frente la campaña del gobierno y el régimen contra la izquierda.
Un nuevo año, dos políticas en la izquierda
A días de iniciar un nuevo año de mayor tensión social, este debate se pone blanco sobre negro. Está la posición del FIT que prefiere la división detrás de una estrategia de cálculo electoral, y estamos quienes queremos derrotar a Macri, desplazar al PJ como alternativa, y proponemos una gran unidad de la izquierda. Por el camino de los primeros vendrán nuevas crisis sin que la izquierda emerja como opción. Por el camino que propone el MST puede abrirse la puerta a un salto de calidad en la influencia política de toda la izquierda apareciendo como principal variante frente al macrismo. Son dos caminos y estrategias distintas. Se trata de un desafío para la vanguardia, el activismo, los miles de simpatizantes y votantes de izquierda y los sectores populares. Hay que decidirse. Invitamos a fortalecer a quienes venimos bregando por una gran unidad de toda la izquierda y por la coordinación del clasismo en el plano sindical. Que seamos más grandes y fuertes quienes abonamos estas propuestas nos colocará más cerca de lograrlas. Que el MST -que ha sido gran protagonista de las jornadas de estos días como lo reconoce hasta la prensa burguesa- siga ganado notoriedad y fuerza militante, contribuirá a que la izquierda gane más posiciones en un rumbo unitario. Y junto al MST se fortalecerá también Izquierda al Frente por el Socialismo, porque es el único frente en la izquierda que quiere actuar en común en las luchas y lograr más unidad en el terreno político. Con importantes acuerdos y lógicas diferencias o matices, nuestro frente entra al 2018 plantado en muchas provincias y con perspectivas de crecimiento. Convocamos a fortalecer y ampliar este frente. Para que la izquierda supere el sectarismo, el escepticismo y el electoralismo que retrasa los cambios por los cuales luchamos. Hagamos grande en 2018 esta alternativa. Nosotros nos comprometemos a seguir peleando por la unidad necesaria con todas las fuerzas de izquierda que así lo quieran.
Sergio García