Triunfo pírrico. El gobierno terminó el año con un logro que lo dejó magullado. Quiso usar el capital político que obtuvo en las elecciones de octubre para meter las piezas claves de su paquete de ajuste; tenía los votos del PJ y el apoyo de la CGT para aprobar la esclavista reforma laboral; pero el movimiento de masas entró en acción y le arruinó la fiesta. Tuvieron que postergar el tratamiento de la reforma laboral, y se jugaron por la reforma previsional, logrando aprobarla en dos jornadas cruzadas por masivas movilizaciones y brutales represiones. Macri logró meter la ley, pero recibiendo un golpe que lo deja debilitado y complicado para avanzar con el resto de su agenda.
Macri en baja. El gobierno no logró disfrazar que la reforma previsional es un afano descarado a nuestros jubilados. Los multitudinarios cacerolazos de la noche del 18 de diciembre en repudio a la reforma y la represión reflejaron la pérdida de base social que corroboraron las encuestadoras en las siguientes semanas. Macri arrancó el año con una pérdida del 10% al 15% en su imagen. En los hechos de diciembre, dilapidó el capital político que había cosechado en octubre.
Reforma laboral en cuotas. Se iba a tratar en sesiones extraordinarias en febrero la odiosa reforma laboral que no pudieron meter a fin de año. Después dijeron que pasaría para marzo, y los analistas especulaban que tal vez eso se estiraría a abril o mayo, aunque algún aspecto de la reforma podría colarse en las extraordinarias. Luego directamente levantaron las extraordinarias y ahora vuelven a hablar del plan pre-octubre de implementar la reforma en cuotas. Sucede que nadie quiere pagar el costo político de semejante ataque a una clase trabajadora que demostró en diciembre la fuerza con la que se defiende.
Huyen para adelante. A pesar de las dificultades, el gobierno va a intentar avanzar de cualquier manera. Arrancó el año con nuevos tarifazos, despidos y una intensión manifiesta de imponer un techo del 15% a las paritarias ante una inflación mucho mayor. Macri además firmó un mega decreto, modificando de manera autoritaria 140 leyes. El mismo permitirá a los bancos embargar las cuentas sueldo, entre otros ataques a los trabajadores. También facilita la importación de cientos de productos que se producen en el país, debilitando la ya alicaída producción nacional, y agravando la ola de despidos en curso.
Juegan con fuego. Para intentar desprestigiar al sindicalismo de conjunto y extorsionar a la burocracia de la CGT para que se alinee detrás de la reforma laboral y el techo salarial, el gobierno impulsa una ofensiva judicial contra algunos dirigentes sindicales corruptos. Más allá de la hipocresía de tener a Triaca -hijo del corrupto, traidor y millonario ex dirigente plástico y ministro de Menem- en el ministerio de Trabajo, el gobierno está jugando con fuego al debilitar a la burocracia de la que depende para negociar contra los trabajadores, y arriesga dinamizar el proceso de movilización antiburocrático que recorre el movimiento obrero.
Despidamos a Triaca. Días atrás conocimos el indignante audio de WhatsApp con el que el ministro de Trabajo despidió a su empleada doméstica, que además tenía en negro. Acto seguido se destaparon los cientos de nombramientos políticos al SOME que realizó la intervención del gremio por parte del ministerio, y la cantidad de familiares que Triaca tiene en cargos públicos. El revuelo fue tal, que el gobierno lo mandó de vacaciones. Pero Triaca debe renunciar, por corrupto y negrero.
Las velas de la CGT. Bajo presión desde abajo, los principales dirigentes de la CGT emitieron una declaración en la que alertan que se oponen a la reforma laboral, denuncian la reforma previsional, rechazan el techo salarial y alertan que el gobierno de Macri es “de ricos, para ricos”. ¡Vaya descubrimiento! Es particularmente curioso el rechazo a la reforma laboral que ellos mismos avalaron semanas atrás. Días después de sacar la declaración, en un homenaje a Vandor -el de “golpear para negociar”- el triunviro Héctor Daer alabó el anuncio de Marcos Peña de que la reforma laboral se trataría en varias leyes en lugar de toda junta. Todo el orzar y arribar de la CGT dirige al mismo puerto: la entrega de los derechos de los trabajadores y la defensa de las corruptelas de la burocracia.
Unidad contra los despidos y el techo salarial. Hay fuerza de sobra para enfrentar los despidos y romper el techo salarial, como están demostrando los trabajadores del Posadas, de FANAZUL y los estatales que luchan en cada lugar. Pero las direcciones sindicales traicionan directamente como la CGT y UPCN o dejan mucho que desear, como ATE y las CTA que dejan a los trabajadores a la suerte de resistir la ola de despidos lugar por lugar porque “no ven” convocar a acciones nacionales antes de febrero. La izquierda tiene la capacidad de generar un espacio de coordinación que potenciaría las luchas en curso, como demostró con las movilizaciones que surgieron de los plenarios unitarios en diciembre. Pero el PO boicotea estas iniciativas, y el PTS se viene negando a repetirlas. Es necesario revertir esta situación con urgencia.
Sumate al MST. En las movilizaciones de diciembre, la izquierda tuvo una gran visibilidad y recibió una amplia simpatía. Se evidenció que es la izquierda la más obstinada opositora del gobierno y la más consecuente defensora de los trabajadores. Ese reconocimiento implica una mayor responsabilidad. Por eso trabajamos para impulsar y unificar las luchas en curso desde nuestra recién fundada Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática, y para construir una alternativa política unitaria de toda la izquierda. Si querés aportar a estas causas, sumate al MST en Izquierda al Frente.