Para ello cuentan con el inestimable apoyo de la burocracia sindical; pero esta intención, está lejos de cumplirse con el conjunto del movimiento obrero. El descontento crece, la burocracia se debilita, el gobierno pierde apoyo. Los trabajadores tenemos otra salida: conformar nuestra propia herramienta sindical
Los trabajadores entre las pinzas del ajuste
En lo que va del año ya hay más de 6.500 despidos. A la política de despidos se suma la política de rebaja salarial. Con esta doble ofensiva el gobierno quiere retomar el camino que las movilizaciones contra la reforma previsional lo hicieron desviar.
La rebaja salarial consta de un aumento ininterrumpido del costo de vida con tarifazos exorbitantes, la inflación continua y la devaluación del peso frente al dólar. La inflación es tan incontrolada que hasta el propio gobierno tuvo que cambiar las metas económicas a fines del 2017. En un reciente estudio realizado por la consultora Poliarquia se manifiesta que el promedio de expectativas de inflación es del 27%. (doce puntos por encima de la pauta salarial que quiere imponerle Macri a los trabajadores formalizados). Las cuentas son claras.
Los dirigentes vendidos avalan la política de rebaja salarial
El gobierno se apresura a cerrar casos testigos para fortalecer su política de techo salarial. Los dirigentes sindicales podridos, antiobreros, millonarios y serviles de todos los gobiernos de turno pactan de manera aberrante esta política. Prestos a firmar por un 15% en cuotas y sin cláusula gatillo al momento de escribir esta nota se encuentran Amadeo Genta (Sutecba), Andrés Rodriguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitaria) entre otros menos conocidos por ser gremios más chicos (ver recuadro “Las paritarias de la entrega”). También trascienden noticias de que a esta manga de sinvergüenzas se les va a sumar Armando Cavalieri (Comercio) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza). Son tan serviles a la política de ajuste que incluso están adelantando paritarias para poder convertirse en casos testigos.
Otro camino es posible y necesario
Ningún trabajador estará a favor de este tipo de paritarias que significan un mazazo al bolsillo. Tampoco hay ya quienes crean en estos dirigentes traidores, que tienen más agachadas que años de estar sentados en los sillones de los sindicatos. La imagen positiva de los dirigentes sindicales es cercana al 5%, lo cual quiere decir que están perdiendo toda su base social. Los sindicatos dirigidos por la burocracia sindical constituyen una de las instituciones más repudiadas por los propios trabajadores. Esta aparente contradicción, sin embargo, no carece de lógica. Los padecemos a estos crápulas en todas las coyunturas y con todos los gobiernos. Siempre pactando en contra de los intereses de sus supuestos representados. Lo que está quedando cada día más claro es que nos los tenemos que sacar de encima. La imagen de la marcha del 7M del año pasado de los burócratas huyendo como ratas de su propio acto sin lugar a dudas se va a repetir y con mayor violencia.
Junto al aumento de la bronca, crece la posibilidad de conformar una nueva dirección sindical
Es evidente que los trabajadores necesitamos otra paritaria (ver recuadro “La paritaria que hace falta”). Pero también es evidente que para poder llevarla adelante necesitamos otros dirigentes. Y la buena noticia es que por abajo están surgiendo activistas, incluso empiezan a haber rupturas de los delegados de base con los dirigentes burocráticos. Además, frente a los ataques conjuntos del gobierno y los dirigentes vendidos comienzan a surgir genuinas instancias de coordinación de los luchadores. Prueba contundente de ello es el plenario de coordinación que realizaron los trabajadores del Hospital Posadas el sábado pasado. Ese plenario mostró que otro camino es posible y no sólo necesario.
Sólo falta que ganemos más confianza en nosotros mismos
Muchos trabajadores piensan que frente a la entrega salarial es más posible achicar los días del mes que conseguir revertir las intenciones de su burocrata. Pero se equivocan, la burocracia sindical está en su peor momento en décadas. El nivel de repudio que los corroe por la base los va a hacer desmoronarse de un momento al otro. Pero para darle el golpe final es necesario constituir una nueva dirección sindical y política que los lleve definitivamente al tacho de basura de la historia. En eso estamos, por eso nos jugamos. Jugate con nosotros y sumate al ANCLA y al MST
Las paritarias de la entrega
Municipales de la Ciudad (Sutecba y UPCN): 8 % en abril 4 % en agosto.
Obras Sanitarias: 7,5% en abril 7,5% en septiembre.
Remiseros: 10% en abril y 5% en agosto.
Tintoreros: 8% en agosto y 7% en febrero de 2019.
La paritaria que hace falta
Desde el ANCLA y el MST proponemos:
1. Paritarias con básicos de 30.000 como mínimo con cláusula de ajuste automática trimestral.
Garantizarle a todos los trabajadores un mínimo igual a la canasta familiar. Ante la inflación galopante aumento de salarios automáticos para no perder poder adquisitivo y despejar la discusión anual que lo único que busca es una pérdida del poder adquisitivo. Con un ajuste automático las paritarias no serían para discutir “no perder frente a la inflación”.
2. Aumento general de salarios para todos los trabajadores.
Ningún trabajador efectivo o contratado puede ganar menos de $ 30.000 de piso, con actualización automática.
3. Blanqueo de todos los trabajadores en negro.
Basta de hipocrecía. Pase a todos los trabajadores en blanco con reconocimiento de antigüedad y pago de aportes.
4. Reducción de la jornada laboral sin rebaja salarial.
Basta de despidos. Reparto de las horas de trabajo para generar el pleno empleo. Factor fundamental para dinamizar la economía. Que se abran los libros de las empresas que se declaren en quiebra. Y si es real que se estatice bajo control de los trabajadores.
5. Elección democrática y directa de los delegados paritarios.
Para que los que negocien las paritarias sean genuinos representantes de los intereses de los trabajadores y no los que ponen a dedo de los sindicatos para sus fines particulares.
6. Que el delegado paritario sea mandatado por la asamblea general de trabajadores.
La propuesta de paritaria debe surgir de el debate democrático de los trabajadores. El delegado paritario no tiene firmado un cheque en blanco para hacer lo que le parece a él. Debe hacer lo que los trabajadores hayan discutido.
7. Que ningún acuerdo sea firmado sin antes no ser aprobado por la asamblea general de trabajadores.
Basta de firmas a espalda de los trabajadores en un cuarto cómodo de alguna oficina estatal, camara patronal o del sindicato. Por negociaciones públicas en donde nada pueda ser definido sin el aval expreso de los trabajadores.
César Latorre