El 5 de febrero, el cadete de la policía provincial Emanuel Garay (19) llegó al hospital en coma. El 11, murió por las torturas que le aplicaron sus instructores.
Otros once aspirantes fueron internados por las lesiones, que según el gobernador Casas (PJ) sólo fueron «excesos».X
Cerca de 90 jóvenes fueron sometidos a cinco horas de ejercicios físicos extremos bajo un calor de 40°, negándoles el agua y obligados a tocar el ardiente hormigón del suelo, lo que les causó quemaduras en rostros, manos y senos.
Ante la desesperación, algunos fueron a hidratarse a escondidas en una pileta con agua podrida o en los inodoros. Estos tormentos se acompañaron de insultos y amenazas, mientras los comisarios sádicamente tomaban agua helada frente a los exhaustos.
Durante los ejercicios, Emanuel Garay cayó al piso desmayado. Fue arrastrado a un costado y lo dejaron allí por más de media hora, sin asistencia médica, hasta que empezó a convulsionar. Nunca más se levantó.
La tortura es una política de Estado
Las torturas son prácticas cotidianas en la formación de los agentes y en el abuso policial en las comisarías y barrios. Según reconoció un comisario a cargo, lo ocurrido con estos cadetes es premeditado para que deserte el 50%. Eso sí: los torturados desertan, pero los torturadores embolsan $ 11.000 por cada inscripción.
Desde hace más de dos años hay antecedentes de torturas e intentos de violación en las escuelas de cadetes de La Rioja capital y Chepes.
Ésta misma cúpula policial, hoy desplazada, había sido ratificada por los últimos dos gobernadores pese a haber cosechado el 20% de las muertes por violencia institucional desde 19831.
El 30% de dichas muertes fueron en comisarías, la cárcel o la escuela de cadetes, modernos campos de tortura donde se atropellan las garantías más elementales.
Como en todo el país, en La Rioja los miembros de la base policial son reclutados de los sectores empobrecidos, cuyos jóvenes no tienen perspectivas de trabajo o estudio y se terminan enrolando. Para reprimir a su propia clase social, los adiestran con humillación y torturas. Así «aprenden» que sólo la obediencia a sus superiores evita los martirios, incorporando las técnicas de coacción que luego ellos mismos aplicarán. La violencia y el abuso son el único idioma que conoce la policía, al servicio de proteger a los poderosos y reprimir a la juventud y a las luchas sociales.
El patriarcado viste de azul
La tortura encontró cátedra que la dictara y el instructor policial es un machista empedernido. Al desmayarse la cadeta Jaquelinen (19), un subinspector gritó: «Déjenla que se muera, tírenla a un costado que va a ser una menos». Lo sufrido por esta joven se suma a la denuncia de otra, sumariada tiempo atrás tras resistirse a la violación de un comisario.
La formación policial, fundada en los pilares patriarcales de este sistema capitalista, se ve en la indiferencia hacia las mujeres víctimas de violencia de género que denuncian en comisarías. Incluso ha convertido a los policías en victimarios de éstas: en los últimos años ya contamos al menos seis femicidios a manos de uniformados.
Cambiar de collar no sirve
Ante la muerte de Emanuel, la indignación popular generó un escrache y una movilización con más de 2.500 personas, de la que participamos. En los cánticos se escuchaba el siempre necesario «que se vayan todos». Y en sus palabras, su hermano Adrián Garay señaló: «Esto nos recuerda a momentos muy tristes de la historia de nuestro país. Queremos justicia y que haya una formación en derechos humanos».
Casas desplazó a diez funcionarios, incluido el ministro de Gobierno, Justicia, Seguridad y Derechos Humanos (!). También anunció que la escuela de cadetes pasa al Ministerio de Educación. Esta «novedosa» medida fue decretada en 2002 y jamás implementada. Busca contener la crisis para evitar cambio de fondo.
Pero con una dirección civil o policial, ningún cambio real está garantizado si el control lo sigue manteniendo el gobierno. Como prueba, el nuevo ministro de Gobierno, Moriconi, fue jefe del Regimiento 15 de Infantería, y el nuevo secretario de Seguridad, de la Fuente, es comisario general, ambos formados en instituciones represivas.
Nuestras propuestas
La policía es una institución represiva, violenta, corrupta y machista al servicio de los intereses de la clase dominante. Dejarla así y en esas manos es garantía de seguir contando nuevas víctimas. Por eso proponemos algunas medidas urgentes:
· Un plan de shock de inclusión social juvenil, con boleto educativo gratuito, becas estudiantiles y programas de empleo sin precarización ni punteros;
· Depuración policial de todo miembro vinculado a abuso de poder, corrupción, represión a la protesta social y/o violencia de género;
· Control de los organismos de derechos humanos sobre la formación de los cadetes y todo el accionar policial, reemplazando la actual instrucción represiva por una de carácter preventivo;
· Elección de los comisarios, jueces y fiscales por voto popular, con cargos revocables; autoorganización vecinal para la seguridad en los barrios; derecho a la sindicalización policial.
No a la doctrina Chocobar
El 9F, en la Multisectorial La Boca Resiste y Propone, dio una conferencia de prensa Ivonne Kukoc, la mamá de Pablo, el joven asesinado por el policía Luis Chocobar, quien pidió justicia por su hijo y que el gobierno no interfiera en la investigación judicial. Entre otros referentes de derechos humanos participó Vanesa López, del CADHU-MST (de amarillo, en la foto).
Tan burda es la defensa del gatillo fácil por parte de Macri y su ministra Bullrich, que hasta socios políticos de Cambiemos como el radical Ricardo Gil Lavedra y los jueces de la Asociación de Magistrados salieron a cuestionar la doctrina Chocobar y la «indebida injerencia» del gobierno sobre la justicia.
Task Force: un grupo de tareas
conjunto con el imperialismo yanqui
En el marco de la introducción de un salto en la doctrina represiva por parte del gobierno nacional, la ministra Bullrich anunció hace pocos días la creación de una «Task Force» conjunta con los Estados Unidos que se instalaría en Posadas, Misiones, con el supuesto objetivo de combatir el narcotráfico y las «actividades terroristas».
Esta resolución está acompañada de un pedido de suministros varios para la represión y un salto en la injerencia de los servicios de inteligencia estadounidenses (CIA, FBI y DEA) en nuestro territorio.
No hace falta ser un agente del recontra espionaje para darse cuenta que las intenciones de fondo poco tienen que ver con la pelea contra el narcotráfico, en palabras de la propia Bullrich, apuntan a cambiar la doctrina de funcionamiento de las fuerzas represivas hacia un esquema de disparar primero, ampliamente conocido y practicado por las fuerzas armadas y policiales yanquis, que pretende establecer un verdadero grupo de tareas en la zona de la triple frontera que funcione como escuela de represión interna.
Desde el MST – Nueva Izquierda rechazamos de plano cualquier intervención imperialista en nuestro territorio como también exigimos el desmantelamiento de cualquier iniciativa de este tipo que ya se encuentre en desarrollo. Lo mejor que puede hacer Bullrich por la seguridad del país es renunciar ya mismo por ser responsable de la represión en general y los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel en particular.
Majo González