MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Macri y la brecha salarial: Maquillando la desigualdad

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La mañana del 8M, mientras preparábamos las movilizaciones, Macri enviaba al Congreso de un proyecto de ley para regular la equidad laboral, disminuir la brecha salarial de género y ampliar licencias. Pero su proyecto lejos está de dar solución a la explotación y opresión laboral que sufrimos las mujeres.

El proyecto enuncia “igual salario por igual trabajo”, sin generar mecanismos claros para detectar y combatir la discriminación salarial por género. No dispone ninguna sanción a las empresas que incumplan ni medidas para atacar las causas de fondo que originan la brecha salarial.

En el propio proyecto queda claro que lo de “igual salario” ya rige según la Constitución nacional y la Ley 20.744 de Contrato de Trabajo (art. 172), por lo que la propuesta de Macri no genera ninguna innovación en un país donde la brecha salarial es del 27% en el trabajo formal y llega hasta el 35% en el informal.

Un problema estructural

El acceso al mundo laboral está atravesado por profundas desigualdades de género. Cuando las mujeres conseguimos trabajo en general es en condiciones menos seguras que los hombres, trabajamos menos horas y bajo formas más precarias. Esto tiene su raíz en el sistema capitalista y patriarcal, cuya división sexual del trabajo nos confiere a las mujeres el trabajo doméstico y reproductivo no pago, y a los hombres les asigna el trabajo fuera del hogar.

Así se evidencia la doble opresión a la que nos vemos sometidas, como trabajadoras y a la vez por nuestra condición de género. Esta doble jornada impacta en nuestro acceso a educación, capacitación y disponibilidad de tiempo propio.

Las mujeres somos la mayoría en los trabajos de menor salario promedio, como el trabajo doméstico remunerado, educación y salud, que son vistos socialmente como una extensión de las tareas de cuidado. También somos la mayoría de titulares de planes sociales y de las cabezas de los hogares en indigencia, lo que confirma la feminización de la pobreza.

En cuanto a la representación sindical, el proyecto toma algo de nuestros reclamos y agrega la paridad. Pero la manera correcta de respetar la representatividad es integrar mujeres a los órganos directivos de los sindicatos según la proporción de afiliadas.

Los elementos que dan forma a la brecha salarial son la gratuidad del trabajo doméstico y reproductivo, la mayor informalidad y precarización laboral de la mujer y la feminización de los empleos peor remunerados. La otra causa es nuestro menor acceso a cargos jerárquicos y mejor pagos. Esta desigualdad de poder a su vez favorece las situaciones de maltrato laboral y acoso sexual de los jefes o supervisores varones hacia las trabajadoras mujeres. Todos estos aspectos están ausentes en el proyecto macrista.

Luchar contra la brecha y el sistema que la genera

Para combatir la desigualdad y elevar el ingreso femenino promedio se debe avanzar en varias medidas:

  • Mejorar cualitativamente los salarios y condiciones de trabajo de los sectores con mayor composición femenina: educación, salud y trabajo doméstico remunerado.
  • Eliminar los contratos basura y la precarización laboral, que afecta mayormente a las mujeres, mediante el pase a planta permanente de toda persona contratada y comenzando por el Estado.
  • Otra política pública necesaria es reconvertir los planes sociales precarios en empleos genuinos y con salarios dignos.
  • Remunerar, redistribuir y socializar el trabajo doméstico. Que sea asumido también por los varones y sobre todo que el Estado lo reconozca y cree guarderías, más escuelas y de jornada completa, comedores comunitarios y establecimientos de calidad para el cuidado de adultos mayores y personas con discapacidad. Esto incluye equiparar las licencias de maternidad-paternidad.
  • Ante la mayor discriminación al colectivo trava-trans hay que efectivizar el cupo laboral trans en todo el país, junto con planes de capacitación e inclusión social para erradicar las múltiples opresiones que padecen.

Con estas medidas básicas podemos empezar a reducir realmente la brecha salarial. Para lograrlas necesitamos dar pelea contra el gobierno, sus socios y todo este sistema capitalista y patriarcal.

Nadia Burgos