Tras la represión y lucha, el gobierno de Vidal recibió al Astillero. Plantearon no cerrar ni privatizar, pero sí ajustar. Urge un plan de producción, reclamado por sus trabajadores.
La reunión del día 24 de la dirigencia gremial del Astillero Río Santiago, ARS y el gobierno bonaerense fue arrancada con lucha, enfrentando y derrotando la represión. Ese día se hacía también el Plenario en Ensenada para bancar al Astillero que podía resolver la continuidad y plan de lucha con medidas contundentes esta semana. Pero terminó frío y con sabor a poco porque ATE insistió en patear toda movilización a una Jornada para el 12 de setiembre.
No se consideraron mociones como las que planteamos con Vilma Ripoll (MST) y ANCLA de organizar una nueva y multitudinaria movilización unificada esta semana. Lo que luego se fue exigiendo y logrando parcialmente. El gobierno quiso aprovechar que ATE “levantaba el pie del acelerador” y volvió a la carga diciendo que la salida es ajustar.
El presupuesto anual del Astillero es de $3.598 millones, con 3.251 trabajadores según el gobierno. Para Vidal, el ARS no alcanza los estándares de producción de la industria naval mundial y habría malversación de fondos. Para el gremio “somos 3.309 familias que pretenden un Astillero reactivado, 100% estatal, sin recortes salariales ni despidos”.
La actual política de vaciamiento, privatismo y ajuste no es nueva. En los ’90 se derrotó un intento de privatización y la empresa pasó a depender de la Provincia. Fue en esos años que se disolvió el Fondo de la Marina Mercante que servía de financiamiento de los armadores para construir embarcaciones en el país. Y se da también el mismo estándar a buques nacionales y extranjeros. Hoy, con un gobierno como el de Vidal el trabajo, las familias, la producción nacional, un emblema de soberanía y empresa estatal clave para el desarrollo de la industria naval y la defensa, serían apenas cuestión de números.
Cómo tener las gradas ocupadas
En el dique seco y los talleres están los petroleros para la venezolana PDVSA, cuya finalización sigue parada por decisión oficial. Para dos de los Gerentes de Producción, el buque Eva Perón está avanzado en un 97% y solo requiere $75 millones para entregarlo. A cambio recibirían $217 millones. Y el buque Juana Azurduy podría estar listo en un año.
Desmienten que “el Astillero no produzca hace décadas”: Entre 2001 y 2009 fabricó 5 buques bulk carrier; 2 corbetas misilísticas; un remolcador de 55 toneladas de tiro; se reparó la Fragata Libertad; diseñaron y fabricaron pontones, compuertas de acero para diques y represas; el techo del Estadio Único; turbinas de centrales hidráulicas; tuberías para obras hidráulicas y muchísimos trabajos al sector estatal y privado. Desde 2010 se hicieron más de 150 reparaciones.
Absurda y malintencionadamente se culpa de la parálisis a un adicional salarial (eficiencia) conquistado por sus trabajadores, altamente capacitados y al plus por vacaciones. Pero la responsabilidad por no producir es de Capdevila (Presidente), de Vidal y Macri, que tienen la dirección, control y administración del ARS. Igual que los anteriores gobiernos.
El ARS es parte de un sector vital para el desarrollo y la defensa nacional. No se puede regir por el mercado. Las flotas extranjeras tienen legislación que las apoya, créditos y un mercado de fletes protegido. Así lo hacen China o Corea del Sur, principales productores mundiales de barcos. O Brasil que dispuso que Petrobras privilegie comprar en astilleros locales. Lo opuesto hace Macri al ordenar comprar flota a Francia e Israel que, de hacerla en el Astillero, le ahorraba al país 200 millones de dólares (2 años de presupuesto para el ARS). Ahí está la corrupción que la justicia debe investigar, no la administración del comedor que sus trabajadores deberán resolver.
100% estatal, bajo control y administración obrera
La salida planteada por sus trabajadores pasa por la ley para financiar la actividad naval con impuestos al alquiler de fletes que realizan empresas extranjeras. Ley que Macri vetó y daría el financiamiento para producir para la defensa, la marina mercante y flota pesquera. Son 7.000 millones de dólares al año en fletes pagados a buques extranjeros. En los ’90, el 50% de lo facturado por fletes era de la flota nacional, hoy cayó a solo el 1%.
También se necesita construir barcos para patrullar nuestro mar, depredado por las multinacionales. Así como renovar y reparar la flota de la actividad pesquera, con un 70% de los barcos que tienen décadas de antigüedad. Hay que construir embarcaciones nuevas para evitar hundimientos y muertes.
Las presidencias del Astillero con el PRO provienen del sector privado. Como Gaspari, primer presidente ligado a Macri en Socma y ex CEO de Musimundo. Hace falta un Astillero 100% Estatal, pero puesto a funcionar bajo control y administración de sus trabajadores, técnicos y las organizaciones sociales comprometidas en su defensa. Para trazar un plan productivo que devuelva el brillo al Astillero. Las medidas de lucha deben apuntar a ese objetivo estratégico.
Francisco Torres