Es indiscutible la contundencia del paro nacional que logró quebrar la campaña del gobierno, los aprietes patronales y el carácter pasivo que le imprimió la CGT. Ahora, hay que reclamar y preparar la continuidad desde abajo.
Si bien la medida llegó tarde, no pudo ser contenida en el formato que pretendían las distintas vertientes dirigenciales tanto de la CGT como de las CTA. Pergeñaron un paro aislado pasivo y con convocatorias divididas. Sin embargo, la fuerza de la base obligó a que haya una doble jornada de lucha con distintas movilizaciones.
Fueron 36 hs en los estatales (24 y 25) con marcha a Plaza de Mayo. Y el 25 hubo un parazo general que dejó las calles desiertas desde tempranas horas de la noche y no hubo actividad en la inmensa mayoría de empresas privadas y del Estado, así como en las distintas ramas del transporte. Gran cantidad de comerciantes y sectores medios acompañaron la medida. La bronca y la disposición a la lucha, se evidenciaron en las movilizaciones convocadas.
Algunas conclusiones
La primera es que el paro significó un golpe al gobierno de Macri, que no logra capear la crisis. Que la visita de Macri a los EEUU y la renuncia de Caputo tengan como escenografía el paro y las movilizaciones, son claros símbolos de la profundidad de una tormenta política que sigue con pronóstico incierto.
La segunda es que la burocracia, por primera vez, no logró dibujar una jornada de baja intensidad. Los trabajadores se expresaron con fuerza pese a ser una convocatoria dividida, sin un programa claro, sin preparación y sin anuncio de continuidad. El rechazo al gobierno y al FMI es claramente mayoritario y alimenta una fuerte disposición a la lucha.
La tercera conclusión es que nuevamente la unidad de los luchadores, los sectores combativos y la izquierda jugaron un papel importante para marcar una perspectiva. El Plenario del Sindicalismo Combativo ha dado un nuevo paso como espacio de coordinación al postular un programa de salida obrera y popular a la crisis, imprimirle un carácter activo al paro y plantear la necesidad de seguirla con un plan de lucha hasta derrotar a Macri y su plan de ajuste. Luego de algunos debates en la mesa del Plenario, fue acertada la decisión de marchar a la plaza de Mayo en unidad de acción con el llamamiento del Frente sindical de Moyano, la Corriente Federal y las CTA de Yasky y Micheli, pero con una columna diferenciada, con el planteo de continuidad y delimitación del llamado a esperar al 2019 de Moyano y Cía.
Asimismo, el acto posterior del sindicalismo combativo, al cual ANCLA y el MST llevaron la principal columna, cerró con fuerza la jornada y obligó a sumarse incluso a sectores que, como el PTS, le vienen dando la espalda al Plenario con una actitud sectaria y electoralista. Esta confluencia se repitió en los cortes del 25 en diversos puntos del país y accesos a la Capital, que sacaron a la calle la bronca obrera y el reclamo que Macri y el FMI se tienen que ir.
La perspectiva y la necesidad de continuidad
La crisis política del gobierno tiene en su raíz la resistencia y la disposición a la pelea de pequeñas y grandes luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Son las que le están impidiendo aplicar a fondo el plan y le generan desconfianza de sus pares del establishment y del propio FMI, que le pide garantías de que va a hacer bien los deberes. Si el gobierno no ha sido derrotado todavía, es por el rol de sostén de la gobernabilidad tanto de la burocracia sindical como del PJ en todas sus variantes. Justamente, son estos quienes tienen la intención confesa de votarle el presupuesto nacional que no es otra cosa que la institucionalización de la receta firmada con el Fondo.
Por eso la tarea es superar a estas direcciones. Como decimos en la página 3, en el terreno político se impone dar pasos unitarios.
Y en el terreno sindical, consolidar los acuerdos del Plenario del Sindicalismo Combativo y sumar nuevos sectores.
Porque ninguno de los dirigentes de las centrales planteó seriamente la continuidad. La CGT le pide “cambios” para garantizarle una “tregua” al gobierno. Una verdadera confesión de parte, de las intenciones del cuestionado triunvirato cegetista que solo llama a medidas para descomprimir la caldera social. Y todos llaman a esperar al 2019.
Nosotros decimos que cada minuto que siga Macri, se traduce en más entrega para el país y penurias para los trabajadores. Por eso tenemos la necesidad de reclamar y preparar desde abajo un nuevo paro de 48 hs y un plan de lucha con medidas escalonadas hasta romper con el FMI y que Macri se vaya. En lo inmediato tenemos que movilizar para que no se apruebe el presupuesto de ajuste, rodeando con miles y miles el Congreso el día que se trate.
Guillermo Pacagnini