La oposición pejotista tiene en claro que se trata de un presupuesto de ajuste, orientado al pago de la Deuda con el FMI. Pero están jugados a darle a Macri la “gobernabilidad” para que llegue a las elecciones del 2019. Por ello proponen cambios cosméticos o peor aún, le ruegan que lo rehagan…así lo pueden votar. Hay que hacer lo opuesto, derrotar este presupuesto hambreador y poner todos los recursos del Estado para solucionar la situación del pueblo.
Hace unas semanas que desde el ejecutivo enviaron a la Cámara de Diputados el proyecto de presupuesto para el año próximo. Tratando de cumplir con las formalidades en medio de la crisis más grave que vive el país desde el 2001. La oposición del peronismo en todas sus variantes y otros bloques menores, salieron a criticarlo en forma parcial y amañada. Desde los que dijeron que era impresentable, ficticio e imposible de votar por el tremendo ajuste que significa para las masas, hasta los que le hacen críticas parciales, le exigen que lo rehaga para poder votarlo, o directamente se pronuncian a favor que el Gobierno tenga su presupuesto. En realidad, toda la oposición burguesa está de acuerdo con cumplir con la exigencia del FMI, que consiste precisamente en que todo el arco político del régimen lo vote y así se comprometa esencialmente a devolver los dólares que nos prestan, aún si cambia de signo el gobierno en el 2019. Pero precisamente como el año próximo hay elecciones, es que no quieren quedar pegados al ajuste de Cambiemos y por eso plantean discrepancias más o menos altisonantes.
Nosotros opinamos lo opuesto, decimos que la única salida que tenemos los trabajadores y sectores populares es derrotar este presupuesto dictado por el FMI y al servicio del pago de la deuda, a costa del ajuste más feroz de las últimas décadas.
El ajuste en números
El gobierno reconoce que 2018 acabará con una recesión del 2% y que continuará en el 2019. Le adjudica la crisis y el déficit al “frente externo” o a la sequía que bajó la recaudación por retenciones, razones por las cuales tuvo que pedir más de $57.000 millones al FMI y ahora tiene que ajustar para que cierren las cuentas sin déficit, como quiere el Fondo. Pero dónde, qué y cuánto es lo que pretende recortar es lo que trata de esconder a través de diversas maniobras. Por ejemplo, en un país con el 40% de inflación, decir que aumenta partidas (al aumentarlas un 20%) cuando en realidad en términos actualizados las está bajando un 20%. O decir que quiere eliminar el Déficit Primario (es decir antes de sumarle el pago de la deuda) cuando en realidad el déficit y el endeudamiento aumentarán progresivamente.
Las metas: primeras mentiras del presupuesto
a) Inflación: la prevé del 23% para todo el año, cuando el 2018 terminará en el 45-50%, es prácticamente imposible que se cumpla.
b) Dólar: Dice que el dólar va a estar en $40,1 todo el año. Hoy ronda los $40, y si la inflación fuera como dicen del 23%, para no hacerle perder “competitividad” a los capitalistas eso sólo lo subiría a más de $46.
c) Caída del PBI de sólo 0,5% cuando este año será superior al 2,5% y no hay ninguna economía que tracciones sobre todo teniendo en cuenta el estancamiento de la Región y las restricciones de EEUU.
d) Inversión: se basa en que desde el 2016 al 2018 hubo un crecimiento de la inversión, lo cual es más que relativo porque no es inversión genuina (es decir empresas extranjeras que hayan traído dólares aquí para construir caminos, casas, represas, etc), la bendita lluvia, sino que es obra pública a base de endeudamiento, lo que es una bomba de tiempo porque la plata hay que devolverla antes que dichas inversiones den renta.
e) Recaudación: Si bien siempre IVA y ganancias son los centros de la recaudación, es más que dudoso que con la caída del consumo y el cierre de empresas y el parate general de la economía se recaude lo previsto (1,5 billones por IVA y 900.000 millones por ganancias). También infla lo que se recaudará por minería/petróleo y exportaciones en general.
Por dónde pasan los recortes
Lo números muestran elocuentemente la dirección del ajuste, en obra pública, salud, educación y gasto social en general.
a) Obra Pública: sin duda el mayor freno con una caída neta del 30% de ajuste, si le sumamos la inflación superará el 50% de freno.
b) Subsidios al transporte: Aquí otro recorte neto, sacan más de $3.000 millones que deberán asumir las provincias… o aumentarnos el boleto (se habla de 200-300% de aumento según los lugares).
c) Educación/Cultura: Aquí se vale del engaño de la inflación. Dicen que aumentan más del 13%, de 201.000 a casi 230.000 millones, pero si consideramos la inflación superior
al 25-30% deberían llevarlo a más de $250.000 millones para tan solo equiparar el 2018.
d) Salud: Mantiene en porcentaje el mismo que 2018, pero como es un presupuesto de un año recesivo, de bajos ingresos, frente a la inflación obviamente decaerá en términos netos.
e) Provincias: Otro de los recortes concretos, -35% si lo actualizamos por inflación será del 50% o más.
f) Salarios: Aquí prevé un “aumento” del 17,6%, es decir un 8% menos de la inflación pautada por ellos.
Ahora sumémosle tarifazos, recortes específicos como oncológicos, cobertura de medicamentos, o en empresas del Estado y el resultado es claramente en contra de los trabajadores y sectores populares.
¿Qué aumenta realmente? Aquí se termina de caer el disfraz, lo único que aumenta es el pago de la deuda donde destina un 82% más en pago de la deuda pública, es decir muy por encima de la inflación. $746.000 millones, quintuplica el recurso destinado a Salud, triplica el de Educación y es la mitad del total de lo gastado en jubilaciones, pensiones y ayuda social.
Por otro presupuesto al servicio de trabajadores
Al contrario de las especulaciones electorales de la oposición tradicional, nosotros decimos que todos los recursos del Estado deben ir a solucionar los problemas de los trabajadores y sectores más carenciados, hoy blanco del ajuste.
Nuestra propuesta es un presupuesto que destine $0 al pago de la fraudulenta deuda, ya vimos que alcanzaría con lo que se paga de intereses por año, para duplicar el presupuesto de Salud y Educación, para aumentar los salarios y poner en pie un verdadero plan de obra pública y viviendas populares que garantice salarios y reactivación de la economía.
Proponemos acabar con los tarifazos y las 24 cuotas que quieren regalarle a las privatizadas, renacionalizándolas bajo control público. Aumentar la recaudación por Ganancias, cobrando impuestos progresivos a las grandes fortunas y a las multinacionales.
Decimos que hay que parar con la locura de la escalada del dólar, nacionalizando la banca y el comercio exterior e impidiendo la fuga de los mismos por los grandes especuladores, así evitaríamos que luego se traslade a los precios.
Sostenemos que hay que bajar el IVA a los productos de consumo masivo. Que ese ingreso sea suplantado por las retenciones a los granos, a las mineras/petroleras y la pesca. Con aumento de impuesto a la renta de la tierra, a las propiedades ociosas y los bienes suntuarios.
En fin proponemos dar vuelta el presupuesto actual e imponer uno que ajuste a los de arriba para beneficiar a los trabajadores y el pueblo.
Gerardo Uceda