Esta semana se completa la última tanda de elecciones en la UBA. Hay elecciones en otras universidades del país en los próximos días. También en colegios secundarios. Con este artículo, queremos sin embargo trascender la coyuntura. Apuntamos claves de la etapa política en el movimiento estudiantil según nuestro punto de vista.
Los Centros de Estudiantes, como organizaciones de masas de la juventud en universidades, profesorados y colegios, son punto de apoyo auxiliar para la movilización y organización juvenil. Nuestra orientación consiste en organizar la lucha por reivindicaciones muy sentidas, que opongan una política de defensa de lo público al curso privatista del capitalismo y sus gobiernos, y a la vez, para conducir a ese sector social a una unidad estratégica con la clase obrera y todo el pueblo agredido por banqueros y casta política. Defendemos para los Centros la más amplia democracia de base y la más abierta pluralidad para el choque de ideas. Fomentamos la politización de los Centros como verdaderas escuelas de formación activa para la juventud. Nuestro partido lucha en esa intervención por ganar adhesión mayoritaria a sus ideas, programa y método. Esta concepción general, requiere ajustar tácticas y políticas adecuadas a la realidad del proceso de lucha de clases general, a su refracción en el movimiento estudiantil y la realidad global del país. Analicemos entonces, ese panorama.
Polarización, hegemonía y las condiciones para la izquierda
¿Cómo es la geografía política del movimiento estudiantil en Argentina? Para empezar, no hay hegemonías definidas. De hecho, hay polarización por el extendido anti-macrismo que existe en la juventud. Las derechas, las camarillas profesorales que expresan, no están fuertes. El precario equilibrio que sostienen, no va resistir el embate de un proceso de movilización social ascendente como se va perfilando. La ola feminista / disidente reforzó los rasgos más radicales en el plano ideológico de la juventud, desenvolviendo un anti-clericalismo feroz y un sentimiento potente anti-casta política dinosauria. Esa progresión de conciencia, se combina a la vez con una experiencia recorrida con los posibilismos que se quedan a mitad de camino, desilusionan, frustran, disipan energía y les facilitan el camino a las expresiones derechistas en política. La izquierda tiene una autoridad ganada en la juventud, recoge amplia simpatía estudiantil y puede ser factor de desequilibrio a favor de las tendencias más positivas, anticapitalistas, revolucionarias. Pero hay un requisito crucial: tiene que concentrar fuerza militante y demostrar vocación de mayoría, pararse como dirección del movimiento estudiantil, confluyendo en frentes políticos en todas las instancias para recuperar Centros, para defender otros, para reorganizar federaciones. Nuestra política tiene anclaje en esta comprensión de la etapa.
El PTS, un obstáculo para el reagrupamiento de la izquierda
Como decíamos más arriba, al no haber hegemonías políticas en el movimiento estudiantil, el campo de disputa está abierto. En la izquierda hay una gran oportunidad. De hecho, una fuerza como el PTS que tampoco es hegemónica en el movimiento estudiantil, sin embargo al dirigir el FIT, en la UBA perjudica con su política las perspectivas de lograr un progreso consistente en la tarea de recuperar y reforzar Centros, para relanzar el movimiento estudiantil. Donde se logra avanzar positivamente, es a pesar del PTS o por su auto-exclusión vergonzante, como en Medicina (también de la UBA). Toda su orientación tiene como exclusivo objetivo tributar a la promoción electoralera de sus voceros parlamentarios. El centro de sus materiales es ese. El uso político que hizo del CEFyL (el único Centro que conduce) durante la lucha educativa de este año tuvo el sentido de que avalara las acciones de efectismo mediático para la aparición de sus figuras para el 2019. Durante años criticaron a PO y La Mella por “vaciar los Centros”. Hoy, en el único lugar donde pueden mostrar su “modelo”, el CEFyL es el membrete que acompaña las acciones de prensa del PTS. Nuestra política cuestiona, polemiza y combate ese curso, sectario y reformista a la vez. En esta intransigencia política que desplegamos, radica la causa por la cual donde puede, el PTS activa contra nuestro partido. Antes fue “vetando” ridículamente nuestro ingreso con argumentos construidos en base a relatos de farsa, calumnias y amalgamas estalinistas. Donde no lo puede evitar, trata de achicar nuestra presencia, sin explicar muy bien por qué en algunos lugares es incompatible casi por “principio” integrar frentes con el MST y en otros lugares no. El PTS es marxista, sí. Pero no de Carlos, sino de Groucho.
El PO ante un dilema
Sin embargo, el PTS no tiene la fuerza suficiente por sí solo para jugar un papel perjudicial, funcional a burocracias y derechas en el movimiento estudiantil. Incluso tampoco su presencia es decisiva para disputar y ganar ubicaciones clave en Centros y Federaciones. Medicina, otra vez, se ganó sin el PTS. Este grupo, además sabotea la lucha por la FUBA: siempre alternativizó listas con poquita representación en delegados, pero suficiente para debilitar un polo anti-Franja con programa independiente. Si logra en algunos lugares provocar daños, es porque en general tiene la adhesión subordinada del Partido Obrero; esa es la verdad más categórica. Este partido parece haberse resignado a aceptar la conducción del PTS en el FIT y en la juventud, no lo combate, le cede, se adapta. En facultades importantes como Filo, Sociales o el propio FADU, se aviene a las condiciones del PTS que incluyen la proscripción de fuerzas como el MST. En Psicología donde logramos quebrar los intentos saboteadores del PTS, el PO no fue relevante: la unidad de nuestro partido con activistas independientes soldó una convergencia necesaria. Obviamente, el PTS hizo perder días preciosos de instalación a la lista unitaria y tributó así una semana de ventaja (veremos si decisiva) a la conducción papal de Psico y a la Franja (EDI) para polarizar entre ellos. En resumen: el PO tiene que decidirse si va a seguir aceptando las condiciones de una fuerza sectaria y reformista, o va construir bloque político con fuerzas como la nuestra que a pesar de las diferencias que tenemos con PO, podemos costurar acuerdos de frente único para avanzar. El MST, total predisposición.
Nuestros propósitos
La línea por la que militamos en la juventud estudiantil tiene una coherencia global con definiciones y una orientación que tenemos como corriente internacional. Luchamos por Centros y Federaciones que sean bastiones anti-anticapitalistas de la educación, que fomenten la organización, movilización independiente y politización del movimiento estudiantil para las batallas estratégicas en unidad con la clase obrera por el poder en Argentina como paso táctico en la perspectiva del internacionalismo militante, para la acción que practicamos. Queremos barrer toda la burocracia estudiantil y actuamos para unir la izquierda en esa tarea. La unidad que proponemos no es amontonamiento sin programa, delimitación o lucha ideológica. Pero nuestra concepción política defiende la idea de que son compatibles la unidad sobre la base de un programa correcto para la movilización anticapitalista y antiburocrática, y una intensa lucha de ideas de cara a la vanguardia y la base del movimiento estudiantil, que en deliberación democrática y confrontación de experiencia, irá definiendo adhesiones y relaciones de fuerza al interior de la propia izquierda. Para ponerlo en los términos de la mayor simplicidad posible: luchamos por unir la izquierda y a la vez, combatimos por nuestras ideas para que sean mayoritarias en esa confluencia. Es la dialéctica básica de la lucha política en la concepción del marxismo revolucionario que levantamos. En toda la Argentina proponemos: frentes unitarios de la izquierda y el activismo independiente, para barrer burocracias y variantes posibilistas, para recuperar Centros y Federaciones que sean palancas de acción masiva del movimiento estudiantil con la clase obrera y todo el pueblo en lucha por el poder. Para respaldar ese programa, ese método y el contenido de esa orientación, construimos el MST en universidades, profesorados y colegios.
Mariano Rosa