La lucha del pueblo francés, que el sábado pasado realizó su décima jornada de protesta, despierta simpatías en todo el mundo. Desde la organización “La Lucha” en Lahore, capital de Pakistán, hasta nuestros jóvenes del MST en Santa Rosa, los chalecos amarillos simbolizan a la vez el apoyo al reclamo francés y la lucha propia.
Como señalan los compañeros de La Commune, nuestro partido hermano en Francia, el “gran debate” que impulsa el presidente Macron para desviar la lucha no logra convencer a la gente. Aunque en varias ciudades las marchas han decrecido, por presión de la bronca popular algunas seccionales de la CGT están reclamando una huelga general.
P. V.