Tras muchas idas y vueltas, al final la CGT y las demás centrales sindicales francesas llamaron a la huelga general. El paro se cumplió el martes 5F en todo el país, con marchas de 30.000 personas en París y también en otras ciudades. El gobierno del derechista Macron, mientras se vio obligado a suspender los tarifazos, aumentar el salario mínimo y abrir un “diálogo social” por la presión de los chalecos amarillos, prepara un antidemocrático proyecto de ley “anti-vándalos” para detener a cualquiera por la simple sospecha de que pudiera causar incidentes.
En las marchas se vio a los chalecos amarillos junto a los chalecos rojos (que llevan muchos sindicatos) y también estudiantes secundarios; en varios lugares terminaron en represión policial y enfrentamientos. Como bien lo señalan los compañeros de nuestro partido francés hermano La Commune en su último periódico, “Defender el derecho al empleo y salario real, verdaderas jubilaciones, beneficios reales para los discapacitados, derechos democráticos y libertades, están en el corazón de la movilización de los chalecos amarillos. ¡Es pura lucha de clases! Allí estamos. Por los reclamos y para echar a Macron por todos los medios necesarios”.
P. V.