MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Subsidios, tarifazos, apagones, con Macri… No hay luz al final del túnel

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Desde que asumió Macri, se dispararon las tarifas de los servicios y el colapso de los mismos.

Como parte del ajuste dictado por el FMI el gobierno ha tenido una línea de reducir los subsidios, sobre la base de transferir a las tarifas que pagamos todos el costo de llenar los bolsillos de las empresas.

¿Década ganada o carnaval de subsidios?

Es importante comenzar nuestro análisis de la situación actual del esquema energético en la Argentina analizando lo ocurrido durante los años del gobierno del kirchnerismo-PJ, teniendo en cuenta en primer lugar que se trató de un esquema centralmente construido sobre la base de transferencias millonarias y descontroladas desde el Estado nacional a las principales empresas privatizadas de servicios como EDESUR y EDENOR y a las petroleras que operan en nuestro país. Se calcula que entre 2005 y 2015 los montos de esas transferencias estuvieron en el orden de los 500 mil millones de pesos, creciendo entre un extremo y otro de la década un 7000%1 es decir, que casi 2000$ por familia se destinaban, de manera indirecta, a las empresas de servicios.
Ninguna auditoría, ningún control estatal, ninguna exigencia de obras. Sería justo decir que más que un carnaval se trató de una Navidad permanente donde los mismos que hoy reciben suculentas sumas por los aumentos tarifarios, recibieron millonadas.
Apellidos y empresas son una de las constantes entre aquellos años y la actualidad: Mindlin, Caputo, Pagano, Roca, entre otros.

Incentivando el saqueo y la contaminación

Un sector que recibió un “empujón” considerable fue el de la industria del gas y el petróleo. También en este sector los volúmenes de subsidios hacia las empresas tuvo una curva ascendente y que coincide con el desarrollo del fracking en Vaca Muerta de la mano de YPF y Chevron. Desde 2013 con la sanción de la ley de hidrocarburos y el acuerdo con Chevron, YPF funcionó como plataforma para desarrollar masivamente el fracking financiando la curva de aprendizaje a fuerza de subsidios y estímulos. El Plan Gas fue la estrella del momento y funcionó hasta 2017 cuando fue reemplazado, como lo señalan los compañeros de Opsur y el Taller Ecologista de Rosario en su boletín, por el “Programa de Estímulo a las Inversiones en Desarrollos de Producción de Gas Natural proveniente de Reservorios No Convencionales”, aprobado en marzo de 2017 y que reemplaza al Plan Gas. Consiste en garantizar un precio estímulo sólo a aquellas empresas que cuenten con concesiones de áreas de gas no convencional aprobadas, pero aún sin explotar. Mientras que Plan Gas potenció, principalmente, la inversión en no convencional de YPF, el nuevo programa se diseñó para promover el crecimiento de empresas con bajo o nulo desarrollo en el sector.” 2.
Este giro hacia los no convencionales y la apuesta al todo por el todo a la profundización de la matriz fósil, cartelizada por multinacionales y profundamente depredadora, es la explicación del actual colapso energético.
Lo que antes iba solo en subsidios, ahora se transfiere por los brutales aumentos en las tarifas de los servicios y en los combustibles. Los nombres de los ganadores son los mismos (con algunas variaciones), los que perdemos también.
La polémica desatada en los últimos días en relación a la Resolución 46, acordada entre gobierno, empresas y el sindicato petrolero es la muestra más cabal de que la única lluvia de inversiones que hay en Vaca Muerta es la que pagamos entre todos y es millonaria. Todos recursos que se llevan las empresas, por ejemplo Tecpetrol, del grupo Techint (la más beneficiada por los programas de incentivos) que reclama recibir 5500 millones de pesos extras por sus operaciones en Fortín de Piedra. Como lo lees, les estamos pagando para que nos saqueen.

A oscuras, sin agua y pagando fortunas para que nos saqueen

Este es el resultado de los brillantes planes de los últimos años, montados sobre las descomunales transferencias de recursos y la falta de controles y obras del período anterior.
Por eso hoy, mientras, como lo señala Info News, “Las empresas concesionarias a cargo de la distribución Edenor y Edesur registraron un incremento en sus ingresos por servicio del orden del 1.118% y 821%, respectivamente; y un incremento de sus resultados operativos del orden del 223% y 215%, respectivamente, indica información oficial.” 3aumentó al mismo tiempo un 59% la cantidad de cortes de energía.
Por eso hoy, mientras el gobierno se disputa con las empresas una porción de recursos para pagarle al FMI avanzan la depredación, las catástrofes socio- ambientales provocadas por los derrames, sismos y otras calamidades como la súper explotación de los trabajadores petroleros o el avance de la trata y el narcotráfico. No hay un costado de este modelo que pase la prueba de poder resistir mucho tiempo. Por eso es necesario construir una alternativa.

Un programa para frenar el desastre y cambiar de rumbo

Una línea de acción debe unir la pelea contra los tarifazos y por la recuperación de los principales resortes energéticos y productivos de nuestro país. Por eso entendemos que la estatización de los servicios básicos, la investigación de los negociados y curros realizados a costa nuestra y la expropiación de todo el complejo hidrocarburífero son medidas necesarias para cambiar de rumbo. Hoy resuelven las empresas. Tenemos que resolver nosotros cómo producimos energía y para qué consumos. En ese camino, la movilización y organización contra los tarifazos son un punto de arranque fundamental, porque permiten exponer la trama corrupta que une a empresas y gobiernos.
Partiendo de esa base hay que avanzar en prohibir el fracking y destinar los recursos obtenidos de la industria petrolera a transformar la matriz energética diversificándola, democratizándola y dotándola de un sentido social opuesto por el vértice a la actual lógica de la ganancia empresaria y el manoteo de las migajas por parte de distintos poderes del Estado.
Avanzar en estos puntos puede permitirnos cambiar el rumbo actual de colapso socio-ambiental en el que vamos, donde las presiones sobre los territorios son cada día más grandes y se expresan con sus particularidades en las áreas densamente pobladas como la Capital Federal y en las áreas de extracción y despojo como las afectadas por petroleras y mineras.
Ante este escenario, el conjunto de los partidos patronales y las conducciones sindicales no hacen más que jueguito para la tribuna. Juegan el rol de contención para que los planes del macrismo avancen.
Por eso cobra mayor importancia la construcción de una alternativa política capaz de unir esos reclamos y darles contenido político y una dirección de lucha frontal y sin vueltas. Solo de esta manera podremos dejar de ver, en pleno siglo XXI, familias sin gas a metros de los pozos que lo extraen y vecinos sin luz durante días en las principales ciudades del país. Podremos también, dejar de ver empresarios y políticos que gracias a eso se llenan los bolsillos gobierno tras gobierno.

Martín Carcione

1. https://www.cronista.com/3dias/Subsidios-polemicos-en-2017-bajaron-por-primera-vez-desde-su-aplicacion-20180105-0002.html
2. http://www.opsur.org.ar/blog/2019/02/05/rupturas-y-continuidades-entre-politica-energetica-kirchnerista-y-cambiemos/
3. http://www.infonews.com/nota/321501/pese-a-los-tarifazos-la-cantidad-de-cortes